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Susana Mitchell: Hay géneros que no leo ni comento

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Por Claribel Terré Morell

Tiene una columna en el diario Infobae, el portal digital en español más leído, donde comenta libros y entrevista autores. Una vez al mes reúne a escritores y lectores en un café de Buenos Aires que parece salido de una novela. Sobre el trabajo que hacen los influencers literarios, bookstagrammers y booktokers que están en las redes, piensa que algunas recomendaciones pueden ser más o menos profesionales, o reunir más o menos conocimiento en la materia, pero que a los efectos de provocar a una audiencia ávida y curiosa para que se enteren de qué va la cosa, sirven
El curriculum de la argentina Susana Mitchell, dice que estudió Periodismo y Sociología. Dio sus primeros pasos en Clarín. Apasionada de la formación, fue docente en la Universidad Católica Argentina, por 20 años, coordinó el Media Lab y dirigió CLAEP, la acreditadora de carreras de periodismo de la SIP. Toda esa experiencia académica también se refleja en lo que hace hoy.

-¿Qué tiene que tener un libro para que sea comentado por ti?

La verdad es que no hay una condición específica para que un libro que llega a mis manos luego sea comentado en el diario por mi. Es bastante random el tema y no pretende requisitos de ninguna índole. Eso sí, hay géneros que no leo ni comento, por ejemplo poesía porque entiendo que hay que tener cierta experticia o conocimiento en la materia. Mi formación es en periodismo y sociología. No tengo formación en Letras. Por eso soy bastante prudente a la hora de hablar de obras desde ese punto de vista tan específico. Leo desde muy pequeña, disfruto mucho de la lectura y he leído mucho y muy variado a lo largo de los años. Tal vez por ahí se encuentre la respuesta a tu pregunta.

– Existe la crítica literaria hoy en día?

Para ser llamado crítico literario creo que hay que reunir ciertas condiciones mandatorias y tener en cuenta ciertas variables. Es una tarea que requiere, por un lado, de una sólida formación académica en la disciplina  y de una intensa y larga práctica profesional por el otro. Eso me lleva a la idea de que un crítico literario es un experto, un especialista, alguien que dedicó su vida a eso y entonces sabe y sabe mucho. De esos, así, quedan poquísimos. Se cuentan con los dedos de una mano casi. Pero existen y son un faro.

– ¿Qué piensas de la cantidad de recomendadores de literatura en redes? Sigues a alguno?

Entiendo que las redes sociales ayudan y mucho a la difusión de la literatura en líneas generales. En eso son una buena herramienta. Colaboran e incentivan a los seguidores a entusiasmarse con la lectura. Algunas recomendaciones podrán ser más o menos profesionales, o reunirán más o menos conocimiento en la materia. Pero a los efectos de provocar a una audiencia ávida y curiosa para que se enteren de qué va la cosa, sirven. Lo que digo es que si lo que difunden en sus redes se traduce en más lectura, más consumo de libros,  más deseo de conectar con el mundo literario que incluye librerías,  charlas, talleres, encuentros con autores, ferias del libro, etc, o que mueve el amperímetro del usuario y lo hace ilusionar con alguna novedad literaria o simplemente logra que compre un libro (para leer o simplemente para coleccionar) entonces cumple una función social destacable. Y lograr todo eso desde un posteo es un montón. Sobre todo para una industria que ya tiene que lidiar con bastantes problemas como para no ver y aprovechar que los bookgramers son aliados y un gran apoyo, al menos hoy. Con el tiempo y la llegada definitiva de la IA veremos que pasa y hacia donde muta la cuestión. Y aclaro que sigo a varios locales y a varios internacionales. Y me sirven un montón.

– Mantienes un ciclo de charlas presenciales con escritores argentinos. ¿Por qué lo haces?

Desde muy chica me encantó conversar sobre libros. Y soñaba poder hacerlo algún día con los autores. Algo impensado para una niña pequeña. Ya de más grande iba a la Feria del Libro y hacía las filas para las firmas y también para poder hablar aunque más no fueran dos palabras con el escritor. Ya en la facultad pude dar los primeros pasos y en alguna práctica profesional de la carrera entrevisté algún que otro autor, con público y todo. Recuerdo puntualmente dos entrevistas que nunca olvidaré: una fue al historiador y periodista Felix Luna y otra fue a Natalio Botana y daba mis primeros pasos en periodismo. Con el tiempo el ciclo de charlas nació de mi pasión por entrevistar escritores y escritoras. Por un lado la entrevista es el género periodístico por excelencia y mi preferido y por el otro , tengo que reconocer que disfuto tanto tanto de esa charla íntima con el autor, que no puedo registrar algo más gratificante que eso para mi en este momento. El mundo de los autores es enorme y fascinante. Y poder acercar ese mundo a la gente, un privilegio.   

-¿Qué libros vuelves a leer cada cierto tiempo?

En general autores clásicos, de los siglos 18, 19 o 20.  Pero la característica principal es que son muy heterogéneos entre sí. Los tengo a mano, casi como libros de consulta. Como si fueran imprescindibles. Por mencionar algunos, en la pila están:  Simone de Beauvoir y La mujer rota. También una antología de cuentos de Clarice Lispector junto con Ana Karenina de Tolstoi, El Viejo y el Mar de Hemingway y A Sangre Fría de Truman Capote. Y siempre siempre hay un Herman Hesse dando vueltas por ahí. Su inolvidable Lobo estepario y su Narciso y Goldmundo me acompañan siempre. Y de los autores argentinos releo a menudo La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, Fervor de Buenos Aires de Borges y Los que aman odian, escrita a 4 manos: Bioy y su mujer Silvina Ocampo. Hace un tiempo también volví a leer Meditaciones de Marco Aurelio. A veces escribo columnas sobre esas lecturas. 

-¿Qué es lo último que leíste?

La potentada de Mauro Ignatti.

– ¿Qué libro regalas que sabes que no fallas.? Y cuáles son tus escritores preferidos si los tienes?.

Me gusta regalar la trilogía de Alejandra Kamiya. Es preciosa y nunca falla. Adoro a Kamiya. Hay otros. Son mucho para mencionarlos.

– Estás en Infobae que es el portal en español más leído. Condiciona este hecho la selección de tus entrevistados?

Para nada. Si hay algo que tengo en Infobae y agradezco muchísimo es absoluta libertad. Algo que valoro enormemente, por sobre todas las otras cuestiones profesionales. Trabajar en un medio que te da libertad no tiene precio.

– Una anécdota agradable y una desagradable que te haya pasado en el mundo del libro.

Anécdotas hay, claro, y casi todas lindas y las recuerdo con mucho cariño. El mundo del libro es bello y me da tantísimas satisfacciones a diario. Trabajar de lo que me gusta no es trabajar. Y en eso soy una privilegiada. Con respecto a lo desagradable prefiero olvidarlo y casi siempre queda sepultado por lo agradable que prevalece y vence. El mundo de la literatura no ha hecho más que hacerme feliz. Y lo digo con absoluta sinceridad.

-Has escrito varios manuales que se utilizan en universidades.¿ Has pensado en unir tus entrevistas literarias en un libro?

Tengo escritos 4 libros. El primero fue a pedido de una revista pequeña, en la cual dí mis primeros pasos como periodista. Se llamaba La Revista y se editaba en la ciudad de Don Torcuato. Resulta que la localidad, fundada por Marcelo T. de Alvear, quien tenía su casa de fin de semana allí, que compartía con su esposa Regina Pacini (la cantante de ópera de la cual se enamoró perdidamente) cumplía 70 años. Entonces me pidieron que hiciera una investigación histórica, que incluyó documentos de archivo, fotografías de época y testimonios de los primeros pobladores. Se tituló Historias de Don Torcuato. Luego vinieron 2 publicaciones académicas o apuntes de cátedra que escribí para los estudiantes de periodismo y comunicación: Qué dice el Periodismo y Qué es el periodismo. Y por último una investigación sobre la responsabilidad social de la industria periodística, que primero fue tesis de maestría y luego se transformó en un libro titulado La responsabilidad social de la empresa periodística: estudio de un caso.

La verdad es que sí, pensé y estoy pensando en reunir mis columnas en un libro.. Hay un antecedente muy lindo, de una periodista británica que se llama Hannah Jane Parkinson, especializada en política, música, deporte y salud mental, que convirtió sus columnas del diario The Guardian en un libro que se llama La alegría de las pequeñas cosas. Cuando lo leí me inspiró y mucho. Escribí una columna sobre su libro también.

– Susana Mitchell, ¿la crítica literaria puede dar lugar a una escritora de ficción?

Claro que sí!  Está dentro de las posibilidades. Veremos hacia donde nos lleva la vida. ¿Quién sabe, no?