Me pregunto con cuánta de esta gente volveremos a estar o cuál será su nombre si tendrán esta rabia común por las malas jugadas de la vida o esta felicidad momentánea y dorada que atraviesa los parques y las manos si este espacio que ahora compartimos será mañana otro si mañana seremos quizá otros y nos conoceremos desde cero y no recordaremos el momento en que pisamos juntos estas plazas la canción que sonaba en aquel saxo aquel niño perdido que lloraba en el suelo o la belleza fugaz de los semáforos en los que todo el mundo se besaba.
*Nunca, nada, nadie. Tres palabras terribles, sobre todo la última. Antonio Machado