Los chats de mamis y papis son gimnasios intelectuales de clases medias y altas.
En la parte superior del WhatsApp de mamis y papis podía observarse sin cesar “escribiendo”, “grabando audio”, mientras en la pantalla aparecían emojis. Caritas de sorpresa, fastidio, desconcierto, berenjenas fálicas y otras figuras de verduras para inyectar algo de humor y bajar la tensión. Para no derribar el único espacio que se pensaba como “no contaminable”. Uno que tenía como condición de reunión la presencia de niños y niñas en una institución escolar. En Argentina la política derriba cualquier Bastilla.