Creo que fue, o mejor dicho es, un proceso lento y paulatino que ya lleva siglos. Con mucho esfuerzo y dolor las mujeres vamos logrando un plano de igualdad y respeto, no solo ante el mundo, sino ante nosotras mismas. Al revisar la historia de mi madre, de mi abuela y mi propia historia, noto cambios muy grandes. Pienso en mi abuela materna, una mujer que se casó siendo una niña, con solo trece años, y conoció a su marido el día de su boda. Me parece una historia terrible, irreal, pero así fue. Las cosas cambiaron mucho, pero todavía queda un largo camino por transitar para lograr una igualdad. En muchas partes las mujeres siguen padeciendo atrocidades ante el silencio cómplice del mundo.