CARGANDO

Buscar

Febrero

Compartir

Por Valeria Sol Groisman

Obra de Mike Stilkey *

 FICCIÓN

Los reyes de la casa

Delphine De Vigan

Anagrama, 2022, 339 páginas.

Los libros de De Vigan son una mezcla de literatura del yo, suspenso y ficción crítica. A eso nos tiene acostumbrados y algo del estilo nos ofrece cada vez que publica una nueva historia. Acá abandona la autoficción y se mete en la ciencia ficción, en los usos y abusos de la tecnología. Como siempre, hay mujeres, mujeres que no necesitan de hombres para elevar una trama al nivel de un thriller. Una novela sobre los peligros de las redes sociales, de la intimidad expuesta y de la realidad que se construye a fuerza de impostura. Si te vas de vacaciones, este es el libro.

Con Rabia

Lorena Mazzetti

Periférica, 2020, 275 páginas.

Una obra de culto escrita en 1963 que ahora rescata Periférica. Penny y Baby son hermanas y viven con la cocinera de la familia en una mansión que heredaron en la ciudad de Florencia. Son las únicas sobrevivientes de su familia luego del exterminio nazi. Jóvenes, rebeldes, con todo un futuro por delante, las hermanas no solo buscan la manera de sacudirse la muerte y seguir adelante, sino que también se aventuran en las peripecias propias de la edad. Así aparecen temas como el amor, el sexo, el lugar de la mujer en la sociedad de la posguerra, la amistad, la libertad, la educación y la religión. Comparada con El guardián entre el centenode Salinger y los libros de Natalia Ginzburg, Rabia es una Bildungsroman (novela de formación) autobiográfica irreverente para la época y que no pierde su potencia en el siglo XXI.

Las solidaridades misteriosas

Pascal Quignard

Sexto Piso, 2011, 196 páginas.

El libro más hermoso que leí en 2022. Y para ponerlo en pocas palabras, habla de la relación de una mujer que vive en duelo permanente por la vida que deseó (y nunca tuvo) y su hermano, con el que compartió poco pero lo que más marcó a ambos: la infancia. Ya en la adultez se reencuentran en el lugar donde crecieron y reelaboran una relación, que, en palabras de un personaje completamente secundario (y esto no es un detalle menor, atenti, lectores), no se basa en amor. Más bien es una “solidaridad misteriosa”. En algunas novelas hay palabras que se repiten. Son detonantes de distintos tipos de situaciones o reflexiones. Acá ese vocablo es “landa”. Vendría a ser un campo con plantas silvestres (paisaje que está muy de moda en la novela latinoamericana pospandemia). Claire anda la landa (la rima es casual y causal) como si esa fuera su placenta. Novela polifónica, poética, musical, clásica y a la vez híbrida.

El club de los asesinos de letras

Sigismund Krzyzanowski

Ediciones del subsuelo, 1993, 173 páginas.

Una novela fantástica y metaficcional sobre los libros, la literatura y el estalinismo. La historia se centra en un joven escritor que debe vender sus libros, lo único valioso que le queda, para poder despedir a su madre en su funeral. A partir de esa especie de traición a su biblioteca, el escritor no logra escribir ni una frase. Hasta que recibe una invitación para participar del Club de los Asesinos de Letras, un grupo de escritores que se reúnen una vez por semana para crear historias que nunca escribirán. El elemento metaficcional es el mismo texto que leemos, que pareciera escrito por uno de ellos. ¿Hay un desobediente infiltrado? Krzyzanowski no llegó a ver publicadas ninguna de sus obras y murió en su cama mientras Stalin aún seguía en el poder. 

Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto

Manuela Espinal Solano

La Crujía, 2022, 76 páginas.

Manuela Solano Espinal es, además de escritora, música. Quizás por eso, al leerla, resulte difícil no pensar en ella misma como la narradora de la historia que cuenta en su primer libro. La trama está centrada en la vida de una joven de 18 años que heredó la “genética musical” de las mujeres de su familia. Pero herencia y genética son dos palabras que pegan fuerte, que inscriben un destino que resulta involuntario para quien carga un pasado de los demás. Así que la misión de la protagonista de esta nouvelle será descubrir quién es ella al despojarse de ese núcleo duro que viene de sangre.

 

NO FICCIÓN

Los dragones del Edén

Carl Sagan

Crítica, 1977, 233 páginas.

Un clásico reloaded que se publicó en 1977 y ganó el Premio Pulitzer. Cuarenta años después, los amantes de la curiosidad seguimos recurriendo a Sagan para saciar nuestras miles de preguntas sin respuestas. En este volumen, el autor de Cosmos se zambulle en la historia de la humanidad, pero sobre todo en la evolución de la mente de nuestros antepasados y las diferencias respecto de otras especies que nos llevaron a desarrollar nuestro intelecto y nuestro pensamiento. También recorre mitos y leyendas respecto de las mutaciones que fue experimentando el ser humano, y le atribuye a la computadora un salto significativo en la forma en que almacenamos la información. Sugerencia: después de leer Los dragones del Edén no estaría nada mal pasar a The Game de Alessandro Baricco. Dato: incluye glosario de términos difíciles (ergo: no es necesario leer con celu en mano ni el diccionario en la mesita de luz).


 

Deshacer la ansiedad

Judson Brewer

Paidós, 2021, 281 páginas.

La ansiedad sea quizás la patología mental de nuestro tiempo. Esa que mejor representa la manera en que vivimos hoy: aceleradísimos, emocionadísimos, hiperconectados, ¿sobreinformados? (eso habrá que verlo), asustados, aislados, aferrados al consumo. En su libro, el doctor Judson Brewer, investigador asociado del MIT, explica las causas que llevan a la ansiedad e intenta desandarlas con herramientas prácticas con las que lleva trabajando hace más de veinte años en la consulta con pacientes. Un libro para ayudarse y ayudar a otros a encontrar la calma que el runrún puede estropear.

 


Los usos del desorden

Richard Sennet

Alianza, 1970, 265 páginas. 

Un libro nada nuevo, pero siempre vigente. El gran Richard Sennett, más conocido por La corrosión del carácter, analiza en Los usos del desorden cómo la anomalía, la espontaneidad y lo inesperado en el ámbito del urbanismo puede impactar en las formas de la política y la organización social de la ciudadanía. Sennett sugiere que la naturaleza del desorden es precursora de sociedades más libres. Ahora entiendo por qué Marie Kondo siempre me generó desconfianza al nivel del escalofrío y también por qué siempre que escribo el caos libresco me acompaña. ¡Gracias, Sennett!


 

Manejar el disenso

Luciano Elizalde

La Crujía, 2022, 296 páginas.

Si hay algo que escasea en el mundo en que vivimos es el consenso. Por eso, el libro de Elizalde podría pensarse como un manual de supervivencia en tiempos de polarización acentuada. Con un tono mezcla del discurso académico y el de divulgación, el director de la Maestría en Gestión de la Comunicación de la Universidad Austral ofrece herramientas, estrategias y modelos de gestión para surfear el disenso, o mejor dicho, sacarle provecho.


 

INCLASIFICABLES

Bluets

Maggie Nelson

Tres puntos, 2009, 106 páginas.

Bluets me suena a Joe Brainard, me suena Georges Perec, me suena a Mark Davidson, me suena a Walter Benjamin. Lo que hace Maggie Nelson es escribir sobre algunos temas que le interesan o le fascinan o le afectan (la soledad, el dolor, el color azul, el amor) en forma de lista numerada. Lo suyo es la escritura como rapto. Lo que ve, lo que siente, lo que recuerda: todo cabe en este libro que es una hibridación entre prosa y poesía. De esos textos únicos a los que quizás cueste entrar pero de los que no se quiere salir. No es un libro fácil de conseguir, y si lo conseguís, hacelo tuyo. Recomendación de esta amiga lectora.


 

Soledad voluntaria

Olivier Remaud

Gallo Nero, 2022, 209 páginas.

Un ensayo filosófico sobre la soledad (sí, estoy bastante entusiasmada con el asunto, pero este libro es bien distinto del de Maggie Nelson). Olivier Remaud es filósofo y estudia las fábulas sociales y las formas de vida del mundo, es decir, cómo vivimos y cómo nos contamos cómo vivimos. Medio enrevesado, pero apasionante. En este segundo libro editado por Gallo Nero (el anterior fue Pensar como un iceberg en 2022), propone pensar a la soledad como un acto voluntario, un espacio de libertad, que es temporalmente necesario para retornar a la vida en comunidad. Para Remaud el retiro es una especie de “higiene mental” y lo contrapone al aislamiento como forma de desarraigo.


 

Agua y jabón. Apuntes sobre elegancia voluntaria

Marta D. Riezu

Anagrama, 2022, 237 páginas.

Otro libro que si tuviera que describir con una sola palabra, eh, eh, eh, no sé si podría. Hablábamos de soledad voluntaria y ahora pasamos a la “elegancia involuntaria”, que es aquella que no se busca, que se basa en la simpleza, que se define como “discreta”: agua y jabón (de ahí el título). Dividido en tres partes, el libro de Riezu, que incluye fotos, es un canto a las cosas lindas que le ponen distancia a lo rebuscado. ¿Emparentado con Bluets de Maggie Nelson? Bastante. Podrían hacerse buena compañía en una biblioteca pintada de azul porque, oh casualidad, en ambas portadas predomina ese tono.


 

Fallar otra vez

Alan Pauls

Gris tormenta, 2022, 67 páginas.

Un tratado pequeñísimo pero intenso y agudo sobre la escritura. En realidad, sobre la escritura imperfecta, la que se sale de lo que deseamos cuando nos sentamos a llenar páginas de palabras. ¿Y qué si ese error que cometemos una y otra vez puede convertirse en una marca de estilo propio? Pauls se anima a patear en contra de lo que machacan y machacan los manuales de escritura creativa. “Fallar una vez falla cualquiera; total, siempre está la corrección para encarrilarnos de nuevo y devolvernos al redil. No: hay que fallar una y otra vez, siempre, como si no hubiera otra manera de hacer las cosas. Porque la repetición es la evidencia de que la falla no depende de la voluntad; no se elige, y por lo tanto es inútil procurar aplacarla, encausarla o detenerla”.

*
Mike Stilkey es un polifacético artista de Los Ángeles nacido en 1975, al que se conoce como “el hombre que pinta en los libros”. Trabaja en el diseño e intervención en discos y libros desechados o para destruir, reutilizándolos y dándoles una segunda oportunidad.