Cuando el mundo anunciaba la muerte de Fidel en los primeros meses del 2015, este eligió dar a conocer parte de su intercambio epistolar para demostrar el hecho de que aún estaba vivo. En una de las cartas, Fidel le cuenta sobre los países exportadores y productores de combustible, recuerda a Hugo Chávez, menciona la hora del vuelo del avión en el que llegaría Maradona a la Habana, le cuenta de una penalidad arbitraria al equipo de fútbol de Cuba en un campeonato deportivo Centroamericano y del Caribe, y pasa a otro tema y otro tema para despedirse: “Con un fuerte abrazo, maestro”. Cualquier semejanza con la carta de un padre a su hijo o amigo querido, es una realidad.