Gabriel Bitterman director de Quimera Galería de Arte. Güemes 4474. Buenos Aires. Argentina.
Completa la frase:
Un galerista es de un artista…
… Su socio. Siempre lo pienso como un trabajo de socios, si a uno le va bien al otro también. Los dos tienen que trabajar en conjunto para el crecimiento de todas las partes. De hecho, incentivo que todos los artistas de la galería sean unidos entre sí. Solemos juntarnos eventualmente todo el grupo y apoyarnos mutuamente y pensar en proyectos en conjunto. Yo los pienso como socios y en algunos casos, por suerte también, como amigos
Un galerista es de un coleccionista…
… Un buen consejero. Para mí la clave está en poder recomendar, según el punto de vista propio, las obras que van mejor con la colección de cada persona o que uno considera que les pueden gustar o que les puedan interesar.
Se dice que un galerista conoce el arte desde las tripas…
… Me parece que hay algo que te pasa o no te pasa con el arte contemporáneo y a la mayor cantidad de la gente no le pasa, a diferencia de lo que ocurre con el cine o con la música, que son formas de arte un poco más masivas. Hay mucha gente que le tiene prejuicios o que se frustra poque no lo entiende en una primera lectura. Entonces, si no te interpela desde ya que no te recomiendo trabajar de galerista ni de curador ni de nada que tenga que ver con el arte porque va a ser muy frustrante.
¿Cómo te nació la idea de abrir una galería de arte contemporáneo?
Fue cuando yo estaba terminando la Maestría en Curaduría en Arte Contemporáneo en la Universidad de Tres de Febrero. Ya venía acumulando experiencia, más que experiencia, conocimientos. Veía que la mejor forma de poner en práctica lo que a mí me gustaba era poder trabajar con artistas, ayudarlos a crecer, elegir obras, elegir armar un espacio, poder mover las obras por distintos circuitos.
Me di cuenta de que era un trabajo que podía disfrutar mucho y que satisfacía mi curiosidad y mis ganas de viajar y de estar siempre aprendiendo cosas nuevas y trabajando con gente nueva así que, medio que un poco nació de esa forma.
Estudié Licenciatura en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, dentro de filosofía, me especialicé en estética, hice mi tesis sobre arte contemporáneo, y sobre un filósofo norteamericano que se llama Arthur Danto. Luego hice la Maestría en Curaduría en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Venía trabajando desde hacía 10 años en distintos ámbitos de la cultura, en producción de teatro, de festivales, organismos del Gobierno de la Ciudad, en el Centro Cultural Konex. Digamos, mi interés por la cultura estuvo siempre, pero se fue apuntando cada vez más al arte contemporáneo.
¿Cuánto influye el mercado en lo que se “pone de moda”?
El mercado influye en lo que se pone de moda para el mercado mismo. No sé si para afuera del mercado, tal vez para lo institucional pero no para lo masivo.
Hay artistas contemporáneos que están obteniendo mucho reconocimiento y mucha visibilidad, pero como digo no me parece que cobren la magnitud de un artista que ya esté instalado históricamente.
Si hay una artista que ingresa a una colección, gana un premio importante o tiene algunos hitos fuertes en su carrera, desde ya que va a tener una oleada de atención y de ventas, que pueden durar o no. Hay artistas que tuvieron estas oleadas muy fuertes, recuerdo algunos, en ARTEBA que han vendido, pero que después en el mercado de arte contemporáneo no sigue teniendo presencia suya, ni se sigue viendo su obra en galerías ni en ferias.
Algunos sí obviamente perduran, pero no sé si llamarlos moda, los llamaría tendencias, oleadas.
¿Cómo eliges a los artistas que exponen en la galería?
Tiene que existir un primer impacto visual y después tiene que terminar de cerrarme desde el lado conceptual, por decirlo de alguna forma. Me parece que ambas cosas, tienen que estar presentes en una obra, para que a mí me interese.
Siempre trabajo con artistas a los cuales yo les compraría obras para mí, me parece que eso es como la manera más genuina que puede tener un galerista, vender cosas que compraría, invertir en cosas que invertiría o invierte. De hecho yo tengo obras de mis artistas, no solo como inversión, sino que las disfruto como disfruto trabajar con ellos y disfruto admirar sus trabajos, entonces, a la hora de elegir, el primer paso es ese.
El segundo paso es que no tenga otra galería con la cual está trabajando, desde ya. Y también conocer a la otra persona. Está bueno que hayan intereses en común, en las formas de trabajar, que sea buena persona, que no tenga fama de haberse mandado macanas antes. Tiene que haber un buen vínculo, porque va a ser un vínculo estrecho y mi idea es que dure años.
Un galerista con reconocimiento como es tu caso ¿se permite prestar atención a artistas totalmente desconocidos o te limitas a aquellos que han pasado ya ciertos filtros?
Soy partidario de prestar atención a todos los artistas. A nosotros nos llegan portafolios de artistas que quieren exponer todo el tiempo, 3, 4 por semana y yo me tomo el trabajo de ver todos y de responder a todos.
En este momento tengo 13 artistas en la galería, así que, si me llegan 3 porfolios por semana, desde ya que la mayoría son rechazados, con ciertas recomendaciones también. Si veo que es un artista que podría ir mejor en otra galería, le sugiero que siga intentando, que busque una galería más acorde a su perfil, pero desde ya que yo veo todo.
¿A qué tipo de proyectos o propuestas le dirías sí, sin dudar?
Los proyectos desafiantes. Que me interpelen, que me lleven a trabajar con artistas nuevos, viajar a conocer otros lugares, trabajar a escala grande ya sea para un museo o institución, a esos proyectos suelo decirles que sí. Soy bastante inquieto y curioso. Me gusta encarar diferentes proyectos en simultáneos, siempre que pueda encararlos con responsabilidad.
¿Se puede hacer más con menos?
Sí, definitivamente se puede hacer más con menos; a mí por suerte me ha tocado viajar a muchas ferias en distintos lugares y he visto la escena artística de distintas ciudades, con muchos más recursos que Buenos Aires, la verdad es que veo mucha más creatividad en Buenos Aires. Los artistas acá, con mucho menos recursos o, tal vez al tener menos recursos, tienen que apelar más a la creatividad y a formas alternativas de crear, de pensar las obras.
¿Cómo ves el futuro de las galerías de arte?
Es difícil prever el futuro de las galerías de arte, la verdad es que con todas las cosas que aparecen cada día, los NFTS, la inteligencia artificial creando obras de arte, etc., es muy difícil pensarlo. Yo creo que las galerías de arte contemporáneo van a perdurar como las conocemos ahora, obviamente con adaptaciones. Me parece que son irremplazables en estos momentos y lo demuestra la cantidad de galerías que hay.
¿Qué opinas y cuál es tu relación con las galerías virtuales?
Las galerías virtuales, me parece que hoy en día no tienen mucho peso. Creo que la gente aun quiere y va a seguir queriendo la experiencia física de ir a ver una obra en persona, de poder acercarse, recorrerla, conversar con el artista, con el galerista.
Desde ya, que cuando la opción no está, una galería virtual y más ahora con la realidad virtual, da la posibilidad de ver muchas más obras de las que se pueden ver normalmente por motivos de desplazamiento, de estar físicamente en un lugar. Uno puede ver la obra, casi como si fuera real pero obviamente aún lejos de serlo.
No tengo nada en contra de ellas, me parece que son un adicional, pero me parece que la experiencia presencial es irremplazable.
¿Y con las redes?
Con las redes, desde la galería solemos comunicar todas las cosas que suceden con nuestros artistas y nuestros proyectos. Y en mis redes personales, como decía antes, suelo subir muchas cosas que veo. Lo uso como un canal de comunicación.
Soy bastante activo en ese sentido, en ir a ver muestras a museos, galerías y distintos espacios y compartir un resumen, obviamente filtrado y curado por mí de lo que me interesó para que lo pueda ver más gente y para que a las y los artistas les sirva también la difusión.
¿Cómo se pueden incrementar las visitas a las galerías que exhiben arte contemporáneo?
Es una pregunta que los galeristas nos hacemos todos los días.
De hecho venimos trabajándolo desde Meridiano, que es la Cámara Argentina de Galerías de Arte, que se creó hace unos 6 años, más o menos. Hicimos varios proyectos que continúan anualmente con la intención de lograr más difusión. Son proyectos donde todas las galerías de una ciudad o de un barrio abren en paralelo, se planifican actividades, se facilitan cuestiones de transportes, se dan mapas. De esa forma logramos mayor difusión y mayor tránsito y la verdad que en general: funcionan.
Estamos trabajando en equipo que es lo más importante, porque todos tenemos el mismo objetivo y por suerte está dando buenos resultados.
¿Te identificas con algún colega?
No me identifico en particular con ningún colega.
Tengo una muy buena amistad con la mayoría, súper buen vínculo y esto de que exista Meridiano y que trabajemos en equipo, ha dado muy buenos resultados y los sigue dado, cada vez más. Admiro a mucho de ellos, pero no me identifico. Me parece que justamente lo interesante en el galerismo es que cada uno tiene su identidad y su proyecto que apunta a distintas estéticas, a distintos mercados, a distintas formas de mostrar y comercializar el arte y por eso nos complementamos.
Cada uno está en búsqueda de su proyecto y hacer crecer su proyecto y sus artistas y me parece que eso es lo más valioso.
Quimera funciona como plataforma para el desarrollo de proyectos curatoriales, expositivos, educativos y editoriales. Representa a una generación intermedia de artistas contemporáneos y fomenta el diálogo interdisciplinario dando espacio a ciclos, proyectos, artistas y curadores en su espacio. En 2015 lanza su propio sello editorial, Q·Editora, con publicaciones bilingües que acompañan las muestras, y en 2016 suma un espacio alternativo de exposición, Qubo, para propuestas site-specific. Desde su nacimiento, la galería abre nuevos mercados y da a conocer a artistas argentinos en destinos no explorados. A través de los años, logró incorporar a varixs de sus artistas a importantes colecciones internacionales. La galería pertenece a Meridiano y al circuito Abre Lista y trabaja activamente para el desarrollo de la escena local.
Obra de Valentina Ansaldi
Qué puede verse en:
Quimera Galería de Arte. Güemes 4474. Buenos Aires-Argentina @quimeragaleria
-Canopo, de Valetina Ansaldi @valentina.ansaldi Artista invitada: Marcela Oliva -Rayo Pulsión de Leticia Piazza @letipiazza