“El fuego de la libertad. El refugio de la filosofía en tiempos sombríos 1933-1943. Simone de Beauvoir, Simone Weil, Ayn Rand Y Hannah Arendt” (Taurus), de Wolfram Eilenberger (Alemania, 1972), se inscribe en la incipiente tradición de ponerlas en el escaparate, ahora a ellas. Como hizo Deborah Nelson (Estados Unidos, 1962), con “Las implacables: Arbus, Arendt, Didion, McCarthy, Sontag, Weil” (Monte Hermoso Ediciones), donde reúne a seis mujeres que tuvieron la capacidad de “mirar fríamente” la realidad para apropiarse de posiciones éticas y estéticas sin caer en emociones paralizantes. O Michelle Dean (Estados Unidos, 1979), en “Agudas. Mujeres que hicieron de la opinión un arte”, un volumen en el que, a las ya mencionadas, suma figuras como Norah Ephron, Dorothy Parker, Rebecca West, Renata Adler y Janet Malcolm y propone pensarlas desde las simpatías y antipatías que avivaron unas lenguas demasiado afiladas para los tiempos que corrían.