La tapa, una evocación -entiendo ahora- a una de las célebres chicas del arte pop de Roy Lichtenstein, es de un amarillo vibrante, poderoso. Al pie se lee, en cursiva roja, ‘Vasos y besos’. El botón del radiograbador no dice ‘Play’, sino ‘Reproducir’, y para nosotras el cassette no es de Los Abuelos de la Nada, sino de ‘la banda de Calamaro’.