CARGANDO

Buscar

El coleccionista suele percibirse alejado de la realidad

Compartir

Por Claribel Terré Morell

Además de tener un lugar destacado entre los coleccionistas de arte argentinos, Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez son a la vez mecenas, pero también una especie extraña de activistas o artivistas del arte en el siglo XXI, al que siguen muchos artistas, comunicadores, curadores, viejos y nuevos coleccionistas.
Son los creadores de varios premios, entre ellos el Premio In situ y Fondo en obra, una ayuda monetaria y concreta a la hora de crear. Abel es anticuario, creó y dirige Edipo Antiques y es el único reconocido que se dedica al arte de la mesa. Joaquín es curador.

En momentos en los que se considera al coleccionista un elemento esencial incluso en el entramado teórico, conversamos con ambos.

 

-La percepción del coleccionismo entre el gran público, relaciona “caro” con “bueno”. ¿Ustedes que piensan?

Todos de alguna manera pensamos de esa manera con respecto a muchas cosas que consumimos y el arte no escapa a esa lógica. Lo que no quiere decir que sea una regla inmutable, lo “caro” tiene que ver con nuestras posibilidades económicas y con el valor que le da cada uno a las cosas, lo “bueno” responde muchas veces a los gustos personales y a la información o formación que tengamos.

-¿Creen que en Argentina se debe valorizar más al coleccionista privado, partiendo de que la gran mayoría compra arte del país?

No sabemos si la palabra es valorizar, pero creo que todos tenemos prejuicios con respecto a otros actores cuando no conocemos la naturaleza de su actividad. El coleccionista se percibe muchas veces como alejado de la realidad y que solo acumula obras para su disfrute personal y acrecentar su ego, pero muchas veces va más allá de eso y comienza a participar de formas muy diferentes en el sistema porque le interesa que crezca, se profesionalice y expanda. En nuestro caso también es poder compartir con nuestros afectos la importancia que el arte ha tenido y tiene en nuestra vida.

-¿Cómo se les ocurrió crear el Premio In situ?

El premio nace como una forma de apoyar las ferias que se fueron organizando en distintas provincias. Entregamos un reconocimiento en dinero para contribuir con el desarrollo de la carrera de los artistas y proyectos ganadores y también pensamos el premio como un instrumento para colaborar con la visibilización y circulación de sus prácticas en el ámbito nacional. Fomentamos la descentralización del mercado del arte.

-¿Cuántos premios han otorgado?

Desde 2022, año en que comenzamos con el premio en arteCo, y hasta esta edición de la feria correntina hemos entregado un total de 22 premios (8 artistas, 7 galerías, 6 proyectos artísticos y 1 proyecto curatorial).

-¿Con cuántas provincias y ferias colaboran?

Para 2024 tenemos programado estar presentes en 8 ferias en 7 provincias. Probablemente se sumen algunas más que estamos a la espera de que definan sus fechas de realización.

-¿Qué toman en cuenta para decidir apoyar?

Estudiamos mucho todos las propuestas de cada feria y tratamos de entender las particularidades que tienen cada una dentro de la escena regional y nacional. Tenemos en cuenta la transparencia en los procesos de selección de los participantes y el potencial de crecimiento. Pero por sobre todas las cosas las personas que están involucradas y que trabajan incansablemente y con mucha convicción.

-¿Qué les dejó Fondo en Obra, el proyecto solidario de emergencia a artistas visuales argentinos que crearon durante la pandemia?

2020 fue un momento muy duro para los artistas argentinos, la suspensión de todos los eventos y actividades del sector dejo a muchos sin posibilidades de ingresos económicos. Nos hizo tomar conciencia de la fragilidad del sistema y las falencias que son comunes en todas las provincias. A pesar de la gravedad de la situación fue un momento muy intenso de creación de vínculos y de acortar distancias territoriales. Nuestro país es muy extenso, pero gracias a una gran red de contactos y amigos esas distancias se acortan mucho.

– Internet ha modificado la forma en la que el arte llega a la sociedad. ¿Qué ven de bueno y qué de malo en esto?

Internet permite una circulación más democrática de la información, hoy con solo un clic podemos conocer artistas de todas partes del país y del mundo, establecer vínculos, participar de actividades de forma remota que en otros momentos hubiesen requerido viajar hasta esos lugares. Pero por otro lado que la experiencia última con el arte solo se produce de manera presencial, frente a la obra, esa experiencia no ha podido ser imitada por lo digital hasta el momento.

-¿Por qué en Argentina las campañas de crowdfunding  en materia artística, sobre todo las destinadas a impulsar la creación de nuevos artistas, no son habituales?

No tenemos muy en claro cuáles son las razones, pero el crowdfunding existe y se hace desde siempre quizás con otros nombres y de manera informal, el argentino es muy solidario y generoso a la hora de apoyar causas o proyectos que cree valiosos. Quizás el sistema de crowdfunding requiere de mucha gestión y producción y los costos de transacción son altos en nuestro país y con los vaivenes económicos a los que estamos acostumbrados muchas veces el dinero recaudado ya no alcanza para completar el proyecto.

-El viaje del coleccionista, como lo describe Leonard A. Lauder, es un proceso de aprendizaje sobre el arte, pero también acerca de la propia persona. ¿Ustedes que siente que han aprendido?

El arte nos ha hecho descubrirnos y conocernos a nivel personal y con relación a otros. También es una ventana hacia otras posibilidades de habitar el mundo en el que vivimos que se evidencian a través de las miradas de los artistas.

 

Walter Benjamin decía que el coleccionista es un salvador de las cosas, que su verdadero interés está en su historia y en su fisonomía, sus rasgos, su belleza, no en su valor de consumo. Eres el único anticuario que se dedica en Argentina en exclusiva al arte de la mesa. Hoy vemos mucho diseño en vajillas y cubiertos de corte minimalista que en lo visual hace que confundamos un lugar con otro. ¿Es el arte de la mesa en la actualidad solo para hedonistas?

Abel Guaglianone

El arte de la mesa es una demostración de afecto y cuidado para quienes se van a sentar a esa mesa, los objetos son secundarios lo que importa es la intención con la que se los emplea.
Cada persona va volcando su impronta y su personalidad en los objetos que elige para su mesa y que así como hay gustos muy definidos dentro de un estilo, lo ecléctico también tiene su gracia. Hay tantos modelos de mesas como personalidades, todas son válidas. Son una gran colección de imágenes e ideas que las vamos variando y readaptando para cada ocasión.

En la última muestra que acabas de curar en el Museo de Bellas Artes de Corrientes durante arteCo, Museos Domésticos, estableces un diálogo entre el coleccionismo individual y el patrimonio. ¿Cuáles son tus intereses a la hora de investigar o plantear una curaduría?

Joaquín Rodríguez 

Por supuesto lo primero son los artistas y las obras con las que voy a trabajar, me interesa mucho que sean ellas las que hablen y que la curaduría acompañe y potencie eso. Pienso mucho también en donde se realizará la exposición, cuáles son las expectativas y necesidades de ese lugar, sea una galería o institución, y me interesa mucho hacia quién va dirigida la muestra: es un público general o especializado, es una muestra para vender o que busca posicionar al artista y/o un discurso.

Pienso como espectador y me pregunto cómo me gustaría ver la muestra, que necesito para poder ingresar al universo del artista y que haya espacio para poder generar mi propio pensamiento crítico sobre esa producción. Me gusta la imagen del curador como alguien que te da la bienvenida y que te lleva de la mano hasta la obra, pero que una vez que el espectador está frente a la obra se retira y deja que la conversación surja.