El miedo no es el enemigo, el miedo como toda emoción tiene una función que es útil y nos protege de hacer tonterías o tomar decisiones impulsivas. El miedo vive con nosotros y puede ser un inquilino muy molesto o bien amable. Creo que hay que hacerse amigo del miedo, entenderle, hablarle y escucharle, tiene información muy valiosa. ¡El miedo al fracaso lo tenemos todos! Ser positivo no significa vivir en un mundo ilusorio donde no vayas a tener fracasos y disgustos, los tienes igual, la actitud es la diferencia. La actitud positiva significa aceptar que hemos fracasado, o que las cosas no han salido como queremos, las sentimos, las lloramos, nos enfadamos, pero no dejamos que la emoción nos secuestre ni nos quedamos en el estado de víctima. Cuando nos quedamos ahí, estamos entregando nuestro poder al resto, pensando que los demás nos van a juzgar o señalar con el dedo. Ahí es donde realmente tenemos que entender que el fracaso es nuestro maestro y solo está diciéndote la distancia entre el lugar donde estás y tu sueño. Por eso, el fracaso en sí, como tal, no existe.