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Antes que en Venecia

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Por Claribel Terré Morell

Una mujer que se amamanta a sí misma, un ojo que gira, un video y una instalación, a menor escala de la videoinstalación en 3 D que Argentina llevará a la Bienal de Venecia, obras de la artista Mónica Heller, pueden verse en la sede de la Cancillería en el Palacio San Martín, en Buenos Aires, en un hecho cultural inédito.

“El origen de la substancia importará la importancia del origen”, es el largo título de la muestra que utiliza la inteligencia artificial y que estará en el Pabellón argentino en la 59° Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, desde el 23 de abril hasta el 27 de noviembre. Mientras, en Argentina, los que quieran podrán ver el adelanto, reservando en la página de la cancillería a la vez que realizan un recorrido por el imponente Palacio San Martin, declarado monumento histórico nacional, que alberga en su interior una interesante colección de obras de grandes artistas argentinos y americanos del siglo XX como Antonio Berni, Pablo Curatella Manes, Lino Enea Spilimbergo y Roberto Matta, entre otros.

Bajo el nombre de “¡Buen viaje! Botadura del envío argentino a la 59º Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia”, la presentación reunió en la Cancillería a artistas, curadores y personalidades de la cultura. La directora de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina, Paula Vázquez, señaló que esta iniciativa responde a la voluntad del canciller, Santiago Cafiero de impulsar el desarrollo de las políticas culturales y de abrir el palacio al público con una programación cultural sostenida.

La artista, según la galería Piedras, aborda la imagen contemporánea desde el absurdo, el humor y la sátira abstracta, abrevando no solo en la tradición de las vanguardias y sus procesos sino también en los consumos hipermediatizados de la actualidad.

En Venecia, la exhibición agrupará quince módulos audiovisuales independientes, compuestos por proyecciones y pantallas LED de diferentes dimensiones, un diseño de sonido envolvente y una puesta lumínica ambiental de color azul.

Otro detalle singular es el catálogo de la muestra que a manera de libro colectivo constituye una mirada diferente de las nuevas relaciones que establece el arte, según dijo el curador Alejo Ponce de León.