Decker es un periodista fascinado por las historias amarillas, escribe muy bien pero su reputación es dudosa. En los últimos años vive solo de vender relatos policiales. Su verdadero nombre es Charles Duval y no es la primera vez que inventa una noticia. Años atrás, en 1897, cuando era un exitoso reportero del Journal en Washington, es enviado a Cuba por el célebre William Randolph Hearst para organizar el rescate de Evangelina Cosio y Cisneros, una hermosa cubana, hija de un patriota y patriota ella misma, presa por los españoles. La historia fue calificada como “el mayor golpe periodístico de la época”. Los medios enloquecieron ante lo que este escribió y elogiaron su “excelente audacia y la audaz intrepidez”. Algunos insinuaron que entre Decker y la cubana había una historia de amor “un romance medieval en el periodismo del siglo XIX”. Aunque el hecho real sucedió y él estuvo al frente, la mayor parte de los datos que volvieron locos a los lectores, se comprobó que eran falsos.