Aun así, en paralelo estamos viviendo un momento de glotonería moral. De juicios anacrónicos en los que se pretende que los valores del presente sean la vara de medir de las obras y las decisiones del pasado. En una lucha por captar capital simbólico y seguidores, se evalúan libros, poemas, películas, canciones u obras de arte, fuera de contexto y desde la perspectiva ganadora que otorga el paso del tiempo. Se buscan fallos, taras, contradicciones e injusticias descontextualizando los períodos históricos, los valores y las posibilidades epistémicas que marcaron la creación de dichos objetos culturales.