Definiciones: van y vienen. Lo cierto es que hoy la falsificación de obras de artes, es un delito con poca condena penal y de difícil seguimiento. A tono con los nuevos tiempos, muchas veces a los compradores no les interesa el arte, les interesa la firma, el nombre y compran sabiendo que es falsa. Otros, al descubrir alguna obra falsificada adquirida de buena fe, lo dicen, se quedan con ella y convierten el hecho en el detalle que hacen diferente a su colección. Claro que eso también depende de la sangre fría del propietario, de cuánto la pagó o a cuál de los cuatro grupos tipológico, pertenece el coleccionista, según la clasificación de la española, Elisa Hernando, CEO y fundadora de RedCollectors y Arte Global: apasionados, no exhibicionistas, posesivos y prácticos.