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Arte almacenado en los museos

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Por Claribel Terré Morell

Foto Patricia Feldman

Hay obras de arte en los museos que no siempre se ven. Están guardadas. A veces se exhiben, otras veces quedan para siempre escondidas como las miles de historias que las llevaron a correr la suerte de las “reservas”.

Más de mil instituciones de casi un centenar de países, participaron el año pasado de una encuesta hecha por el ICOM para profundizar en el estado de las colecciones de arte, almacenadas en todo el mundo y su posible evolución en los próximos años. Los resultados arrojaron una valoración bastante desfavorable de la situación de sus almacenes, especialmente en lo que se refiere a la falta de espacio y de equipamiento.

En Argentina, a inicios del año 2025, diferentes iniciativas dan continuidad a los intentos por dar a conocer el patrimonio escondido que no se exhibe por falta de espacio, o por los proyectos de curaduría de sus instituciones, o porque algunas obras y piezas son delicadas o están en peligro de dañarse a lo que se unen las que esperan ser clasificadas.

Actualmente en el Museo Nacional de Bellas Artes puede verse “Museo secreto. De la reserva a la sala”. El Museo argentino fue creado hace 130 años y ha logrado reunir una colección integrada por más de 13.000 obras. En el Pabellón de exposiciones temporarias se exhiben cerca de 300 obras de la colección institucional provenientes de las reservas, algunas de ellas se ven por primera vez. Pinturas, dibujos, grabados, fotografías, esculturas e instalaciones de unos 250 artistas argentinos y extranjeros, desde el siglo XIV hasta la actualidad, pueden visitarse hasta el 4 de mayo de 2025 en el Pabellón de exposiciones temporarias del Museo, de martes a viernes, de 11 a 19.30 (último ingreso), y los sábados y domingos, de 10 a 19.30.

“El Museo tiene déficits edilicios de todo orden. En primer término la relación obras exhibidas / obras almacenadas. Como el museo tiene una aguda falta de superficie expositiva, el porcentaje de la obra exhibida está en el orden del 12%; cuando el standard internacional es del orden del 22%. La razón de este standard que parece bajo a primera vista es que los museos reciben muchas obras valiosas para una colección pero no tanto como para estar en la exhibición permanente. La dinámica de los museos y su reserva es muy importante: gran parte de las exposiciones temporarias se integra con obras de la reserva. Además las obras guardadas son importantes y con ellas se pueden organizar muestras como la que tenemos en Bellas Artes en este momento: El museo secreto. La reserva de nuestro museo está en el subsuelo, abarrotada de obras. Necesitamos más superficie para tener una reserva coherente con el valor de la obra guardada”, señala Julio César Crivelli, presidente de la Asociación de Amigos de Bellas Artes.

Otros museos como el MUNTREF, sede Hotel de Inmigrantes tiene “reservas visibles”- que van rotando, en algunas zonas, Obras del colombiano Iván Argote y del francés Pierre Arduvain, entre otras, pueden verse actualmente. “Fue una idea mía- dice Diana Wechsler–  en el año 2017, a partir de que la colección fue creciendo y tenemos algunas obras muy grandes y pesadas y a la vez muy interesantes que es posible verlas a cierta distancia. Entonces, que mejor que aprovechar ese “espacio Vidriera” que nos ofrece el box de vidrio del cuerpo de ascensores para tener algunas obras en esa “reserva observable”. A partir de esa idea instalamos las obras allí y del lado de afuera está la cartela con datos de la obra, del artista, y una pequeña explicación. Eso además dialoga con otras “huellas” en el edificio como la presencia de la Interferencia de Graciela Sacco a lo largo de las escaleras y como los hilos de frases, pensamientos, de Boltanski y Marie Orensanz, en otros sitios”.

En enero de este año 2025, el equipo de conservación del Museo Larreta anunció que todos los meses el público visitante podrá, en fechas elegidas, explorar su patrimonio permanente en reserva, conocer la historia que los rodea y los procesos de conservación. Delfina Helguera, su directora ha manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de conocer el patrimonio. Los días de visita se pueden conocer a través de las redes sociales.  IG @museolarreta. 

TAMBIEN OCURRE EN EL MUSEO MAYOR DEL MUNDO.

El Louvre fue una fortaleza medieval y el palacio de los reyes de Francia antes de convertirse en un museo hace dos siglos que recibe 30.000 visitantes diarios. Con más de 500.000 obras, la colección del Louvre es la mayor del mundo. Solo 35.000 de ellas se exponen en París; otras están repartidas por museos regionales de Francia. Más de 250.000 dibujos, grabados y manuscritos -demasiado frágiles para exponerlos a la luz- permanecen almacenados. Algunas obras están escondidas en otros almacenes del museo; otras se guardan en lugares secretos del país, a donde fueron trasladadas para su custodia a lo largo de los años. El sótano, uno de los refugios del Louvre para las obras de arte que no se ven, se ha inundado en varias ocasiones. El edificio tiene graves problemas edilicios. La Gioconda, también conocida como la Mona Lisa, será trasladada a un nuevo espacio de exposición en el Louvre de París como parte del plan de renovación del museo.

LA OBRA QUE POCAS VECES SE VE Y ES MI PREFERIDA.

El famoso dibujo de acuarela y témpera Liebre Joven (1502)  de Alberto Durero,  que se encuentra en el Museo Albertina, en  Viena, después de un máximo de tres meses, necesita pasar cinco años almacenada en un sitio oscuro con un nivel de humedad menor del 50% para que se conserve el papel.

Durante el Renacimiento, los retratos eran muy valorados y a menudo se pedía a los artistas que hicieran retratos de mascotas. El reflejo que se ve en el ojo de la liebre ha suscitado numerosas interpretaciones. Para algunos, es la prueba de que Durero utilizó una liebre que mantuvo viva en cautiverio y lo que se ve en su ojo sería la ventana de su taller. Otros, sin embargo, creen que simplemente utilizó una liebre muerta para copiar los detalles y por eso el reflejo del ojo no sería más que un recurso habitual, usado por Durero en otras obras.

Se conocen 12 copias/ versiones de esta obra hecha por coetáneos de Durero.