En primer lugar, me gustaría decir que tuve la suerte de conocer a Mattia, Luciano y todo el equipo. Esta película debe mucho al trabajo de equipo que hay detrás, sin cada elemento de cada departamento no habría sido lo mismo. Entonces sí, es cierto, en este caso nosotros actores teníamos una gran responsabilidad. Debido a la pandemia y a la distancia física (especialmente con Luciano de Argentina), al principio trabajamos con zoom y otros medios (lecturas, observación del mundo que nos rodea, etc.). Con Mattia, trabajamos mucho en el físico de Sara experimentando con él e investigando entre ella y mis referencias. Todo esto nos llevó a conocer a Luciano solo unos días antes del rodaje y fue “amor para todos”. La primera vez que nos vimos nos emocionamos y día tras día demostró ser no solo un colega, sino un humilde compañero de viaje como pocos. Todos nos jugamos la vida constantemente.