En los días más duros de la pandemia, entre lectores, se hizo conocido el servicio “Libro a domicilio”, un programa que desarrollaron en alianza con Correo Argentino, la editorial porteña Aurelia Rivera. Detrás de esta idea están Pablo Alessandrini y Paula Salzman, entusiastas editores que acostumbran a sorprender y que en estos días, en los que volvió a Buenos Aires la Feria de Editores, FED, del 1 al 3 de octubre, contestaron preguntas, algunas incómodas.
Cinco libros que hay que leer, sí o sí, de Aurelia Rivera
El primero y el último y en el medio muchos. El sentido social del gusto (Siglo XXI) de Pierre Bourdieu que es una traducción de la socióloga cordobesa Alicia Gutiérrez y que editamos en el 2003 con el título Creencia artística y bienes simbólicos. Elementos para una sociología de la cultura. Los últimos Efectos colaterales de Adriana Yankelevich y Cazuza y Moura. Las vidas paralelas… de Adrián Melo. El primero de Martín Baintrub, Descansar en paz; Cacería deguanacos de Rosana Gutiérrez; Todo lo sólido de Ernesto Semán; Aspirinas y caramelos de Luciano Olivera; cualquiera de los que editamos de Guillermo Piro y las poesías de Andrew Graham-Yooll en Espanglish 3. También Cangrejos de Raúl García Luna; A dónde van los caballos cuando mueren de Marcelo Britos y de Lucas Rozenmacher El origen de una tragedia.
Nos pasamos, son más que cinco.
Pablo Alessandrini y Paula Salzman
Tienen ustedes un catálogo prometedor, que no sigue modas pasajeras. ¿De qué manera lo construyen?
Catálogo, moda y promesa. Qué grandes temas para una charla virtual, zoom con transmisión directa en canal de YouTube, ¿no? Es complejo, a nosotros se nos hace difícil construir un catálogo en los contextos argentinos. Este es un país muy arbitrario para pensarlo a largo plazo. Las cosas –ideas y materializaciones de las mismas– cambian con una velocidad que es difícil de aprehender; con frecuencia lo que funciona en un momento no funciona en otro. Cambian los contextos y los actores. Con este panorama el catálogo es una construcción despareja en la acumulación de felicidades entre autores, lectores, obreros gráficos, libreros y nosotros.
¿Cómo comenzó la editorial? -¿Algo de que arrepentirse?
Comenzó en el 2003 con el libro de Pierre Bourdieu Creencia artística y bienes simbólicos. Elementos para una sociología de la cultura. El arrepentimiento forma parte indivisible de la equivocación y en este sentido hemos tenido muchas, pero ninguna con mala intención, todas formaron y forman un gran aprendizaje. Vamos creciendo sumando arrepentimientos.
Huyen de las clasificaciones pero han dicho que son una editorial “de tránsito” ¿Hay pesar en esa definición?
No, no hay un pesar en esa definición. Hay felicidad y reconocimiento del sistema mundo-libro por el recorrido que van haciendo los autores y autoras que mantienen un vínculo con nosotros.
¿A qué escritor conocido les gustaría publicar? ¿Qué le dirían para convencerlo de que debe hacerlo con ustedes y no con otra editorial?
A Gustavo Nielsen, le diríamos que somos buenos haciendo libros –él lo sabe– y que nos vamos a divertir, que no vamos a ser un éxito comercial de ante mano –también lo sabe– pero que trabajaremos muy a gusto y en un ambiente equilibrado entre la moderación y el entusiasmo.
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Ustedes ¿creen que todos somos escritores?
Ni tan calvos ni tres pelucas dirían nuestras abuelas. Todos se pueden proponer la mejor forma para contar, para narrar; sabiendo que hay algunos que lo hacen mejor que otros y eso mezcla algo de don y de ejercitación, trabajo y constancia. No es fácil, como editores, detectar eso. Para nosotros no es fácil, en ciertas ocasiones nos dejamos llevar por el gusto personal y la intuición, pero ciertamente es difícil.
¿Cómo se llevan con la tensión de la mayoría de los editores medianos y pequeños, de que el trabajo siempre pende de un hilo? ¿Qué hicieron en este tiempo de pandemia?
Aurelia Rivera libros no representa nuestro trabajo principal pero sí es el que más nos gusta que nuestro tiempo transcurra. En este tiempo de pandemia tuvimos susto, miedo, sorpresa, depresión y pequeños atisbos de destellos creativos. Tardamos un tiempo en imaginar cómo hacer para que nuestros libros lleguen a los lectores y desarrollamos nuestro pequeño programa –en alianza con Correo Argentino– “Libro a domicilio” y nos funcionó muy bien.
Como todos manejamos de golpe mejores herramientas de comunicación tecnológica que antes no usábamos o no lo hacíamos con tanta frecuencia.
Los problemas de las editoriales pequeñas suelen ser la distribución y la difusión de los libros, para no hablar de las trabas en la exportación ¿Cómo se manejan ante estos problemas? ¿La venta online puede ser una solución? ¿Qué diferencia en cuanto a los problemas ven con editoriales, similares a ustedes, de otros países?
Este es un problema que al día de hoy lo sigue siendo, no en el mismo nivel pero distribución, difusión y exportación no conforman nuestro triángulo virtuoso.
Libros digitales ¿sí o no?
No por el momento, por las razones conocidas. Para profundizar recomendamos leer los ensayos de Jorge Carrión al respecto que lo dice mejor que nosotros.
¿Se puede vivir sin Ferias del Libro?
Si claro, se puede vivir pero no se puede ser feliz sin Ferias del Libro.
Pablo Alessandrini, uno de los dos creadores de Aurelia Rivera