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La muerte de Van Gogh ¿también falsificada?

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Nadie vio ni oyó el disparo, una respetada mujer de Arles, afirmó una y otra vez, que había visto al pintor lejos del lugar donde había atentado contra sí, no hay nota de suicidio, durante su agonía tuvo una ineficiente atención médica, no hubo autopsia y fue enterrado rápidamente.  

Por Claribel terré Morell

Vicent Van Gogh,(1853-1890), cuya cantidad de muestras inmersivas se suceden hoy por el mundo con imágenes, sonidos y tecnologías que prometen una experiencia de los sentidos, es uno de los pintores más falsificados y de este hecho no escapa ni siquiera su muerte.

En Van Gogh. La vida, la que se conoce como la biografía más completa sobre él, los escritores Steven Naifeh y Gregory White Smith, retomaron el tema y agregaron un apéndice que intenta refutar la teoría romántica del suicidio.

El libro que le valió el segundo Pulitzer a ambos escritores, tuvo disímiles respuestas sobre todo las relacionadas con la muerte del pintor. Entre ella la de los expertos Louis van Tilborgh, investigador principal del museo Van Gogh, la máxima autoridad sobre la obra del pintor y Teio Meedendorp, quienes en el 2013 publicaron una reseña crítica en The Burlington Magazine, una revista de arte británica.

Una de las autoridades más reconocidas en armas de fuego en el mundo, el doctor Maio comparó las investigaciones de Naifeh y White y de van Tilborgh y Meedendorp y volvió a darle la razón a los primeros. Entre las cosas que señaló dijo textualmente :“sería extremadamente difícil pegarse un tiro en este lugar [es decir, en el lado izquierdo] con la mano izquierda”. Van Gogh era diestro.

La versión del suicidio que tenemos hoy parte de la novela que se vendió rápidamente y a la cual se debe fundamentalmente el mito romántico de Van Gogh.

No hay constancias policiales físicas del hecho a las cuales acudir. Solo testimonios de Adeline Ravoux, quien tenía solo 13 años en esa época, hija del dueño del Ravoux Inn, donde Van Gogh se hospedaba en Auvers, y donde murió. También los del pintor Émile Bernard que no estaba en el lugar, y del hijo del médico Paul Gachet, de igual nombre, a quien el sobrino del pintor desautorizó.

A la idea del supuesto asesinato de Van Gogh se unió el doctor Irving Kaufman Arenberg quien dictaminó en 1990 que Van Gogh padecía la enfermedad de Ménière, una afección del oído. Autor del libro Killing Vincent: The Man, the Myth, and The Murder., está convencido de que este fue asesinado con un arma blanca por el Doctor Gachet, el mismo médico que lo atendió de su depresión, quien lo dibujó en su lecho de muerte y quien también falsificó sus cuadros. Van Gogh inmortalizó al doctor Gachet en dos obras, a su hijo se debe la versión del suicidio en el campo y se supone que Van Gogh tuvo un romance con su hija. Para demostrarla ha vuelto una y otra vez sobre el supuesto revolver Lefaucheux de 7 mm, el arma mortal, e intentó comprarlo durante la subasta en la que se vendió a un anónimo comprador por la suma de 162 mil euros. No pudo hacerlo pero sí compró otros similares, usó balas de la época y hasta pidió ayuda al FBI. Sus pruebas, con el arma, muy común en ese tiempo, pueden verse en su página web en Forensics

También es uno de los principales impulsores de la exhumación de los restos de Van Gogh. “sí hay una bala debe estar ahí”, afirmó.

La del asesinato a manos de René Secrétan, el joven de 16 años que vacacionaba en Arles quien posó para algunos de sus cuadros y cuya principal distracción era burlarse de Van Gogh, a quien sometía a bromas como la de poner pimienta en los pinceles que este solía llevar a su boca, salar su té o meter una serpiente en su caja de pinturas, también forma parte de leyendas. Esta teoría salió de John Rewald quien en la década de 1930 entrevistó a los lugareños y escuchó decirlo. Secrétan nunca lo admitió.

Trigal con cuervos

Trigal con cuervos (1890) es una de las últimas obras de Van Gogh pero no la última como se suele repetir. El óleo sobre lienzo que hoy se conserva en el Museo van Gogh de Ámsterdam es visto como una premonición o como el medio que encontró el pintor para dejar un aviso. Una teoría extraña también, dada la predisposición de Van Gogh por escribir cartas. Trigal bajo nubes de tormenta, también se encuentra en el mismo museo.

Los cuervos están presentes en varias de sus obras. De este hecho se vale el escritor e historiador argentino, Pancho O´ Donnell, autor de la obra de teatro “Van Gogh”. O´ Donnell, médico psiquiatra y psicoanalista, quien toma a los cuervos, los convierte en personajes y, además de recrear su versión de la pintura de esta obra, hace un recorrido por algunos de los principales escritores que se suicidaron con un arma de fuego como Pavese, Lugones, Hemingway, Mariano José de Larra y Maiacovski.

LIBROS SOBRE VAN GOGH #recomendadosbecult

Cartas a Theo. Vicent Van Gogh. (cartas)
Van Gogh. La vida. Steven Naifeh y Gregory White. (biografía)
La viuda de los Van Gogh. Camilo Sánchez. Editorial: Edhasa (novela)

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