Al Ministerio de Cultura llegamos todos, desde un inicio, con buenas ideas para una mejor organización de sus trabajadores. Estamos hablando de un sector con mucha informalidad y mucho trabajo temporal o precario. Las circunstancias impredecibles, nos obligaron sobre la marcha a imaginar un futuro híbrido, con acciones en tiempo real que incluyen nuevos lenguajes, nuevas tecnologías, un nuevo público que desafía toda clasificación y que, a la vez, sitúa el papel de los agentes culturales, sea cual sea su radio de acción, en un momento único de singular importancia porque el trabajo continúa, hay miles de ejemplos de lo que se está haciendo hoy, y va a continuar. Habrá una vuelta a los espacios enseguida que se pueda, con protocolos, con medidas. La cultura nunca se detiene. Hay dos momentos, uno de contener y uno de promover, que vendrá con la apertura post-pandemia.