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La piel dura

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Por Claribel Terré Morell

Obra: Michelangelo Pistoletto

El intelectual contemporáneo vive y escribe con temor constante, no a la opinión pública en el sentido más amplio, sino a la opinión manifiesta dentro de su propio grupo. Por suerte, hay generalmente más de un grupo, pero también hay en todo momento una ortodoxia dominante, y para oponerse a ella es necesario tener la piel dura”, dejó escrito George Orwell.

Estoy leyendo esta frase cuando escucho a un conocido escritor argentino decir: “Debemos mostrarnos indiferentes ante todo, no dejar que nada nos perturbe, así transcurrirá el tiempo”. Lo dice con fuerza y con resignación, ante un público casi inexistente, en el bar de “El Manco”, uno de esos territorios libres, llenos de costumbres extrañas que hay en Buenos Aires, donde la palabra crece a base de medialuna y fernet con Coca Cola, al mediodía.

El escritor argentino es un visitante asiduo. Siempre llega con hojitas blancas arrancadas de un block en las que escribe a mano. A veces levanta la mirada y deja los ojos fijos en la pared. Se dice que la mayoría de sus libros los escribió en la cama, como Marcel Proust, Truman Capote, Ramón María del Valle-Inclán, Juan Carlos Onetti, incluso como el propio Orwell. Desde que se separó duerme en un sillón en el living de su casa y escribe en el bar, sobre el hambre.

La frase no es de él. Está en el libro Hambre, del escritor noruego Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura en 1920, considerado uno de los padres de la novela moderna. Thomas Mann y Máximo Gorki, lo alabaron y Kafka, Hemingway, Miller, Bukowski, fueron influenciados por sus obras. Hamsun quien era fascista, le regaló a Joseph Goebbels su medalla del Premio Nobel en 1943 y entrevistó a Hitler, ese mismo año a quien llamó, “Guerrero por la humanidad”. Cuando terminó la guerra en muchas ciudades se quemaron sus obras y él terminó en un hospital psiquiátrico.

El escritor argentino hace meses que no me habla. Todo comenzó antes de las elecciones y fue por una frase: “la opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política es en sí misma una actitud política”. El leía a Hamsun y yo releía Rebelión en la granja” y “1984” de Orwell , después de conocer, “La esposa: La vida invisible de la Señora Orwell” (Wifedom: Mrs Orwell Invisible life)  de Anna Funder. Diferencias irreconciliables, le dijo a “El Manco”, que nos separaban.

… días después de las elecciones presidenciales en Argentina, con un nuevo presidente, el escritor argentino me pregunta dulcemente como me siento. Le respondo: “Me olvido de dónde estoy, parezco una escoba solitaria en medio del mar con el agua bramando y alborotando alrededor de ella”. (dixit Hambre).

Él me contesta: “La escritura política de nuestro tiempo consiste casi en su totalidad en frases prefabricadas y ensambladas como las piezas del mecano de un niño. Es el resultado inevitable de la autocensura. Para escribir en un lenguaje sencillo y vigoroso hay que pensar sin miedo, y si uno piensa sin miedo, no puede ser políticamente ortodoxo.” ( dixit Orwell)

La piel dura, añade “El Manco”.

El resto de los que siempre están en el bar, no nos hacen caso. Pero «El Bicho», el hombre solitario de la primera mesa, la más cercana a la puerta del bar grita: ¡Intelectuales de mierda. Hablen claro!… se levanta y se va. El escritor argentino lo sigue hasta la puerta y le llama: ¡Volvé, Bicho, volvé!. Luego, se vira hacia mí y me dice: Voy a escribir una nueva novela. se llamará La piel dura y «El Bicho» será el personaje central.