En un vagón de tren que va de París hacia Bailleul, Norte de Francia, rumbo a la Villa Marguerite Yourcenar, la argentina Vivian Lofiego viaja junto a otras 30 escritoras como Amélie Nothomb, Laure Adler, Annie Ernaux, Régine Deforges y Michèle Lesbre, pero será su encuentro casual con la feminista y defensora de los derechos humanos, Gisèle Halimi, “la abogada de las causas difíciles”, fundadora del grupo Choisir la Cause de femmes, quien murió recientemente en Francia, la que motiva este recuerdo.