El tiempo posmoderno es cruel, competitivo. Exige un ahora o nunca! En estas sociedades que hablan a todo momento del tiempo, es una de las dimensiones vitales que más ha perdido dignidad, peso y textura. Alojar a otro u otra lleva tiempo (es decir, una subjetividad no es una noticia). Supone una apuesta, muchas veces a pérdida. Como la nuestra en cada fiesta de fin de año. No se puede vivir sin respiro, sin inscribir a alguien en alguna coordenada emocional y sin esperar que juegue en ella. Nuestro tiempo (amoroso, afectivo) necesita ansiolíticos. Clonazepan per tutti. Asumir perder el tiempo en la “búsqueda de lo humano” es, de alguna manera, considerar su dignidad, fuerza y belleza. Hoy eso jode.