¿Cómo es tu proceso de trabajo y tu aproximación a la curaduría de moda?
Suelo concebir mis exhibiciones de manera democrática y abierta a todo tipo de visitantes, con un apoyo visual importante basado en imágenes, videos, y tecnología, para que el público pueda conectar con ese momento particular de la historia, o esa figura del show business. Todos esos estímulos suman, en gran parte, para generar una experiencia ya que el público necesita entretenerse, que le cuentes una historia.
En relación a la modalidad, considero que la gente se entusiasma cuando la aproximación se realiza en base a diferentes temáticas, y no de manera cronológica sobre la carrera del diseñador. Esa fue la razón por la que Jean Paul Gaultier aceptó realizar su exhibición conmigo, y rechazó la propuesta curatorial del Victoria & Albert de Londres. No le gustó el approach que le habían ofrecido ellos, ya que no nos interesa hacer museología.
Por otro lado, yo suelo trabajar para los museos, junto a diseñadores que son parte de la historia de la moda. No me sentiría cómodo si me llamaran de grandes marcas como Dior o Chanel, porque siento que me limitarían en el proceso creativo.
Esos diez años como insider de la industria, me habilitaron para expresar y compartir ese universo, ya que pude estar en contacto con los mejores diseñadores, directores de arte, y fotógrafos del mundo.