Le pregunto a Claudia Kozak, autora del libro Contra la pared: sobre graffitis, pintadas y otras intervenciones urbanas (Libros del Rojas), qué piensa sobre la foto. Ella responde: “Muchas veces, aunque no en forma necesaria, los graffitis apelan a la polisemia con frases algo crípticas que, puestas a rodar en el espacio público, abren una conversación inesperada. Este sería un caso. Independientemente de las motivaciones y el contexto de enunciación del lado de quienes han comenzado a inscribir esta frase en distintos lugares de la ciudad -podría ser una provocación, o una respuesta a algo puntual, o un chiste interno, o cualquier otra cosa-, su potencia radica justamente en poner evidencia algo que requiere ser pensado, en abrir una conversación…”