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¿Cuáles son las cosas por las que vale la pena seguir vivos?

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Por Elda Tomasini (directora de la Revista Cheek)

La cuarta temporada de la popular serie francesa “Diez por ciento” nos enfrenta a la gran pregunta que puso en primer plano esta pandemia.

“Tal vez arriesgar la vida sea,
 para empezar, no morir”
Anne Dufourmantelle

Como si nos propusiera transitar y documentar su propio duelo, la serie francesa emitida por Netflix, el nombre varía según el país, Dix pour cent o Ten percent , Diez por ciento, Call My Agent nos invita a reflexionar en un tono melancólico sobre las pérdidas y los finales, los felices y los no tanto, y nos conmueve con ese dolor intrínseco a toda transformación, a ese pasaje entre una y otra etapa de la vida en cada episodio.

La serie que debe su nombre al porcentaje que cobran los agentes sobre el contrato de los actores que representan se desarrolla en la agencia ASK, con sede en Paris y muestra una parte no muy conocida del mundo del cine. Contratos, egos, locaciones, la finitud de las carreras pasan por las diversas temporadas hasta llegar a esta, la cuarta, recién estrenada en Latinoamérica. 

Quizás el mayor logro y lo que la ha convertido en un suceso mundial más allá de las magníficas actuaciones del elenco estable y las participaciones estelares, es el guión que apuesta, incluso en los nuevos relatos, por lo auténtico lejos de lo naíf y lo utópico. La narración sigue el impulso de romper las reglas y recuperar valores, mientras nos sumerge en una revolución de los corazones y una subversión de las jerarquías posible para esbozar un futuro que aún está por escribirse.

Personajes que se hacen preguntas incómodas sobre el deseo de pareja, de maternidad, de paternidad y de éxito, desnudan sus miedos y pasiones asumiendo con dificultad las consecuencias de los cambios buscados y los no tanto, que van desde la reinvención profesional y personal a un reencuentro amoroso.

Conscientes del momento en que se inscribe y del contexto en que fue estrenada, el 21 de octubre de 2020, durante el segundo confinamiento por el COVID-19 en Francia, la serie se comenta así misma haciendo referencia a los cambios en la producción y consumo de la industria audiovisual, mencionando a Netflix y a Mediawan, productora de la serie, como también en la lucha feminista por romper con los estereotipos de género en los roles protagónicos y que haya diversidad en las historias sobre mujeres, objetivos que logra en todo nivel desde el casting con la paridad en los protagónicos, en las participaciones estelares a la diversidad en los personajes en relación a las elecciones sexuales, edades, orígenes, entre otras.

La mirada feminista recorre toda la serie, pero la cuarta temporada retoma la causa y la impregna en cada episodio desde diversas aristas.

Lo que nos permite transitar un duelo es el amor. Un duelo no se hace solo por lo que ya no está o sentimos desintegrarse por los aires, sino también por quienes fuimos en esos lugares.  Por eso la serie logra esta temporada un gran clima entre la nostalgia y la angustia que producen las pérdidas y la ternura de quiénes elegimos para transitar ese proceso. Vemos cómo avanzan esos procesos tan íntimos en los que los protagonistas van decidiendo volver a enamorarse, estar con sus hijos, abrazar de lleno su vocación y construir nuevos proyectos.

La serie se inspira en la vida del representante de estrellas, Dominique Besnehard  quien manejó las carreras de famosas como Jeanne Moreau, Isabel Adjani, Nathalie Baye, o Christopher Lambert. El es el verdadero Samuel Kerr y sigue vivo.

Tiene entre sus protagonistas estables a Camille Cottin, Thibault de Montalembert, Grégory Montel. En esta cuarta aparecen Sigourney Weaver, José García, Sandrine Kiberlain y Jean Reno.