Y ese cambiar constante, hay que agradecerlo,
ya que tenemos la oportunidad de poder redireccionar una y otra vez nuestras decisiones.
Podemos volver a elegir, volver a acertar, volver a confundirnos, volver a equivocarnos,
pero nuevamente con la posibilidad de cambiarlo, de tomar otro camino,
de optar por otra dirección.
Pero más allá de los cambios, en cada paso dado, cada experiencia adquirida,
lo importante es: disfrutar y/o aprender de todas las cosas vividas.