Por primera vez una mujer representa a Francia como Embajadora en Argentina. ¿se siente usted ejemplo?
Sí. Cuando me fui de Argentina en 2012 luego de haber trabajado durante cuatro años como número 2 de la Embajada, no me imaginé que volvería como Embajadora siete años más tarde porque nunca había habido una Embajadora mujer en Buenos Aires. Deben saber que esta Embajada es muy solicitada y muchos diplomáticos desean venir a representar a Francia en Argentina. Entonces sí, mi nombramiento, el de una 5° mujer en un país miembro del G20 (Berlín, México, Londres, Ottawa) puede ser considerado como un ejemplo para mis colegas diplomáticas mujeres, para demostrarles que es posible.
En los últimos tiempos se habla mucho del fenómeno de los diplomáticos humanos o cercanos. Para usted, ¿la emoción en política y diplomacia es importante?
Es esencial que los diplomáticos seamos considerados por lo que somos: seres humanos como cualquier otro, pues tenemos la reputación de vivir alejados de las preocupaciones de la vida cotidiana. Al contrario, es fundamental que los diplomáticos conozcamos las circunstancias de la vida cotidiana en el país donde trabajamos ya que debemos informar la realidad a nuestros superiores y al país que representamos. Es parte de nuestro trabajo. A título de ejemplo, es importante que un Embajador recorra el territorio, converse con toda clase de personas y no solo con famosos o los que ocupan cargos importantes, conozca el precio de los productos de la vida diaria y tome el transporte público (yo tengo mi tarjeta Sube).
¿Cuál sería el legado que le gustaría dejar como embajadora?
Me gustaría que me recuerden como una Embajadora presente, humana, eficiente y, en lo posible, simpática.
Ya estuvo destinada previamente en Argentina ¿Qué diferencias para bien y para mal encontró en el país?
La verdad me obliga a decir que no veo muchas diferencias y, de hecho, estadísticamente, el PBI de la Argentina de hoy es casi el mismo que el de 2012. Sin embargo, en la ciudad de Buenos Aires he notado mejoras: el Metrobus, el Paseo del Bajo, el sistema de Ecobici. Hay barrios que se han desarrollado: torres nuevas en Puerto Madero, la urbanización de la Villa 31, el Barrio Olímpico que visité con la ministra francesa de Deportes, quien vino a Buenos Aires para representar al gobierno francés en la ceremonia de investidura del Presidente. Y, sobre todo, hay una evolución en la sociedad con el aumento de las reivindicaciones feministas.
¿Qué le gustaría que suceda hacia el futuro en la relación entre ambos países?
Deseo que la situación económica de la Argentina mejore para que pueda desarrollarse el gran potencial de nuestras relaciones.