Azaroso. Fragmentario. Novelas, cuentos y ensayos se acumulan a un costado de la cama. Una vez por semana, una señora los levanta y los guarda de acuerdo a su criterio –que ignoro- en algún sector de la biblioteca. Leo tanto por placer como por búsqueda de información, cuando la necesito para escribir lo que un amigo llamó, riéndose, mis “novelas cultas”. Idiomas artificiales, Cábala, Rodolfo II de Baviera, falsificadores, Robert Bacon, John Dee, Shakespeare, Medioevo, para El caso Voynich. Teoría musical, historia de los jesuitas, anarquismo, bolchevismo, ciencia básica, Rasputin, Scriabin, astrofísica para El absoluto. Historia del Japón, para Un crimen japonés. Historia de Francia en particular y Europa en general durante el siglo XVII, Leibniz y su filosofía, el barroco, etc., para escribir El rey y el filósofo. Y di muchas vueltas por Wikipedia: modas, costumbres, chismes de época, política y geopolítica, arquitectura de Versalles, etc., etc., etc.