Borschevsky también ha traducido a Lope de Vega, Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz, a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Horacio Quiroga, Roberto Arlt, Ernesto Sábato, Mario Vargas Llosa, entre otros importantes autores latinoamericanos.
Habla inglés, alemán, polaco, italiano, ruso y su idioma natal: ucraniano.
Sobre su trabajo dice:
“Cada autor, cada obra tiene sus particularidades. Las obras pertenecen a diferentes tiempos y, en caso del español, a diferentes culturas. El traductor debe estar muy atento. Puedo comparar mi trabajo con la producción de un film que tiene tres fases: preparatoria, la de filmación y la del montaje. El trabajo del traductor debe tener (no digo tiene, porque no todos lo comprenden) las mismas fases. La preparatoria es muy importante. Hay que conocer muy bien el texto antes de traducirlo. El traductor debe entender todo para reproducirlo de una manera adecuada. No debe dejar al lector adivinanzas, es su tarea entender y explicar. Y ver posibles errores del texto original. Yo puedo mostrar algunos en la novela La tabla de Flandes, de Arturo Pérez Reverte, por ejemplo, que he traducido. El autor escribe sobre una alfombra antigua paquistaní, pero el Estado de Paquistán surge después de la Segunda Guerra Mundial. En 1987, mostré un error al gran maestro Gabriel García Márquez, cometido en un episodio de su cuento El rastro de tu sangre en la nieve.