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M. Conur: Nunca escribiría sobre mí

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Escribió una historia que se le apareció “de la nada” y ganó el Premio Novela Bienal Joven 2021-2022. Odelia acaba de editar su libro que es una especie de retrato de cómo se construye o destruye la confianza.

Por Valeria Sol Groisman

M. Conur no se llama M. Conur, pero pongámosle que sí. Pongámosle que existe un mundo o un tiempo en el cual en lugar de que te nombren tus padres, esa es tu responsabilidad. ¿Qué nombre elegirías? ¿Cuál sentirías que te calza a la perfección? ¿Elegirías el nombre de un personaje de ficción, de un músico, de un héroe nacional, de una fruta, de un animal, de un color? La autora de Patadas en la boca decidió hacer de cuenta que ese mundo o ese tiempo existen, ahora, y decidió ponerse el nombre abreviado de la zona de Buenos Aires donde nació, se crió y hoy vive: el Conurbano.

Pero vayamos por partes. Conur nació en las redes con una cuenta dedicada a justamente esa geografía. Estudió psicología, aunque nunca ejerció. En algún momento se puso a escribir y se sumó a un taller literario y de repente la idea de una novela se le instaló como deseo y llenó páginas y páginas. También borró, corrigió, leyó. Y, como ocurre con todo lo que está hecho de palabras, hubo un día en que Conur dijo: hasta acá. Y un montón de páginas de convirtieron en un libro, que, según cuenta, es pura invención.

¿Cómo surge Patadas en la boca?

La idea se me ocurrió una mañana, en pandemia, cuando me estaba vistiendo. Apareció «de la nada» toda la historia y la trabajé en un taller literario. 

¿Por qué escribís?

Porque lo disfruto, me entusiasma. Mi psicóloga lo llama euforia creativa. Amo todo el proceso, desde imaginar la historia, escribirla, corregirla, hasta leerla en el taller y escuchar consejos sobre cómo mejorarla. Me encanta cómo algo que está en mi cabeza y es únicamente puro potencial, puede pasar al mundo tangible mediante palabras, modificándose tanto en el proceso que me termina sorprendiendo. 

El gran tema de la novela es la confianza, o su contracara, la desconfianza. ¿Cómo te llevás vos con eso de confiar en otros?

¡Qué buena lectura y qué buena pregunta! No confío mucho en la gente. Cuando alguien dice que va a hacer algo, por ejemplo, no cuento con que realmente lo haga, tampoco pondría las manos en el fuego por nadie, ni por mi gente más cercana. Sé que todo ser humano tiene un lado egoísta y oscuro. Por lo general, soy más de relacionarme desde lo lúdico y desde los gustos en común que desde lo íntimo. Por suerte puedo querer a alguien sin necesidad de confiar en esa persona. 

¿Te parece que lo autobiográfico es un punto de partida ineludible al escribir? ¿Cómo fue en tu caso?

No, para nada. Yo no escribiría sobre mi vida, no me interesa. La gracia de la escritura para mí es justamente salir de mi vida y meterme en la de mis personajes. Después de que se me ocurre una idea paso mucho tiempo imaginando cada escena, cada capítulo, es como que veo una película en mi mente y me encanta. Sí creo, que, al igual que pasa con los sueños, cuando a uno se le ocurre una historia de la nada, como es mi caso, siempre hay elementos inconscientes que surgen y que uno podría analizar y relacionar con la propia historia. Pero eso está lejos de ser autobiográfico y además es un proceso muy posterior a escribir la novela. 

Creaste una cuenta sobre el Conurbano y es todo un éxito. ¿Te parece que las redes sociales funcionan hoy como una plataforma de relaciones públicas para los escritores? ¿O una carta de presentación? ¿Cómo te estás llevando con todo lo que implica el afuera del texto: ser entrevistada, el diálogo con los lectores, ¿las presentaciones?

Creo que las redes sociales son increíbles para conocer libros, hay muchas cuentas de reseñas y recomendaciones. Yo una vez al mes recomiendo libros también. Es como el boca en boca pero en versión digital, y es muy importante para que más gente sepa que esos libros existen cuando ya no están en las mesas de las librerías. En cuanto a la carta de presentación, no lo sé. Yo elijo comprar un libro si me interesa la temática, no por lo que el autor o autora tenga en sus redes. Soy muy de separar obra de autor/a y por eso no muestro nada personal en mi Instagram. AMO los mensajes que me envían los lectores, me conmueven. Me han contado cosas muy personales, y creo que esa confianza viene de saber que, si bien yo no viví lo que cuento en mi novela, lo entiendo, por algo salió de mí. A veces también me hacen preguntas sobre cosas que nunca pensé, y eso me fascina, ven más allá de lo que yo vi. Las entrevistas escritas, como esta, me encantan porque hacen que reflexione y piense en la escritura y en mí misma, cosa que no suelo hacer. Soy de leer ficción y escribir ficción, y, aunque en mi vida cotidiana no me surge espontáneamente pensar en estas cosas, está muy bueno. Todo lo demás, especialmente lo que implica usar mi imagen, lo tomo como una manera de que mi novela llegue a más gente y lo agradezco. 

¿Estás trabajando en algo nuevo?

¡Sí! Una novela sobre un chico y una chica que venden nudes y hacen shows xxx en una página de camaritas. Eventualmente llegan a tener encuentros reales con algunos clientes. Hay mucho de fetichismo y virtualidad. Además, ella tiene una historia familiar intensa, un hermano con una enfermedad terrible en la piel (EB) y una madre muy egoísta. 

Qué está leyendo M. Conur

Estoy leyendo la obra completa de Juan Marsé, un libro al mes, este mes: Rabos de lagartija. También Los niños asesinos de Ariel Williams y Vaquera invertida de Mckenzie Wark.


 

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