Los vendedores online no necesitan ejemplares, porque venden a través de su promoción digital. La gran inversión no es en stock, sino en el desarrollo de algoritmos, que analizan la información que compran al por mayor a las redes sociales y a los buscadores, para conocer a fondo los hábitos, los gustos, las opciones de ocio, y la capacidad de gasto de cada usuario. Eso les permite ofrecer cada nuevo libro directamente al lector que, suponen con bastante certeza, le va a interesar. El aumento brutal de sus ventas, pareciera demostrar que, por lo menos en términos generales, esto está funcionando así, aunque el futuro de estas empresas tan poderosas, también podría verse afectada por cuestiones imprevisibles. Todo parece posible, después de la experiencia del Covid.