Las instalaciones hiperrealistas a gran escala que continúan los proyectos conceptuales de Büchel podrán verse hasta el 24 de noviembre. Las referencias son muchas; comercio, pobreza, deuda, dolor, dinero, incluso el virtual, que se hace materia, en la disímil selección de objetos, documentos, obras de arte, apiladas, recogidas, exhibidas… reales y con olor, a trasgresión, todo lo que suele celebrarse en el mundo del arte. Noes un mal plan en una bienal en la que en la programación habitual “amontonan pinturas de importancia y calidad tremendamente diferentes, casi sin documentación histórica, contexto cultural o incluso curación estética satisfactoria”, al decir de muchos.