Carlota Beltrame – Artista- Hay dos categorías estéticas más o menos poco exploradas, yo no sé cuán poco exploradas son, pero a veces lo pienso, en las artes en general, que son la ternura y el humor. Quedan aplastadas al lado de cierta solemnidad que gana terreno frente a la realidad adversa, de la cual el ser humano parece ser más susceptible de captar. Es como si tuvieras más antenas para captar ese aspecto de la vida que es más avasallante, mientras que otros aspectos como el humor y la ternura, creo yo, aparecen poco en el arte. Admiro mucho a los artistas que pueden trabajar con ambas categorías. Sí creo, obviamente, que hay artistas, hubo artistas, y habrá artistas con un gran sentido del humor. Estoy pensando en Daumier, que por un lado te muestra la pobreza de la revolución industrial en Francia, en París, y a su vez hace una crítica muy mordaz y humorística de la vida política de su momento en Francia. Entonces él tiene, como podemos ver en él, esos dos aspectos conviviendo como las caras de una misma moneda. En la Argentina estoy pensando en Pablo Suárez, que en la última muestra que yo he visto de él, curada en el Malba, me hizo reír muchísimo. Estoy pensando también en ciertos momentos de la obra de Marina de Caro que tienen también muchísimo humor, como lo tiene ella. Lo veo mucho en artistas jóvenes que yo valoro como Sandro Pereira, que mezcla el humor y la ternura o el primer Gabriel Chaile, en la época que era alumno nuestro, en el Taller C. Yo pertenezco a una generación atravesada por una historia muy dramática del país y de la cual me es muy difícil, a mí en lo personal, desprenderme. Pero observo que a muchos artistas de mi generación les pasa lo mismo. Aunque por supuesto hay excepciones.