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¿Hay lugar para el humor?

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Por Claribel Terré Morell

Por alguna extraña razón, me vi implicada en una tonta situación. Un amigo me pidió que acompañara -durante su visita a Buenos Aires- a un famoso crítico y especialista en arte primitivo mexicano, convocado por un destacado coleccionista argentino, para analizar si un cuadro de Antonio M. Ruiz, conocido como El Corcito, (México1895-1964) era falso, o no. A mí me interesaba saber del tema, así que acepté.

De visita por el porteño Museo Nacional de Bellas Artes yo le hablaba sobre la impresión que había producido en mí El sueño de la Malinche, una obra hecha por El Corcito en 1939  del tamaño de un retablo tradicional y que pudo verse en el Malba como parte de la exposición México moderno. Y también le contaba de Vanguardia y Revolución y, lo  curiosa y divertida que me parecían la mayoría de sus otras obras con sus personajes deformados –mucho antes que Botero-,   mi nuevo conocido decía que en cada época, los seres humanos tienen una visión distinta de lo que puede ser objeto de risa y de hasta dónde se puede llegar con la sátira en la vida y, principalmente, en la pintura.

-A propósito. -le dije deteniéndome-  este cuadro Rêverie (Ensueño) lo pintó Charles Chaplin.

-¿Es una broma? me preguntó visiblemente alterado.

-¡No! -le respondí- Charles Joshua Chaplin fue un pintor y grabador francés academicista que nació el 8 de junio de 1825 y  murió el 30 de enero de 1891 en Francia.

Enojado y con cara de pocos amigos repitió tres veces la frase del otro Chaplin, el comediante.

«A fin de cuentas, todo es un chiste”. Y se marchó, sin despedirse.

Yo también lo hice. Llegué a casa y le pregunté a varios artistas plásticos y críticos de arte.

¿Hay lugar para el humor en el arte?

Estas son sus repuestas:

Matilde Marín, artista-presidente de la Academia de Arte Argentina. El humor es un desafío tanto como el arte, porque despierta reflexiones y desarma tensiones. No concibo el correr de la vida y el andar de la profesión sin humor, incluso sin reírme de mí misma al enfrentarme a errores. El humor y el arte te permiten renovar la mirada. El arte conecta y el humor también, es una forma de unión.

Matilde Marín

Carlota Beltrame – Artista- Hay dos categorías estéticas más o menos poco exploradas, yo no sé cuán poco exploradas son, pero a veces lo pienso, en las artes en general, que son la ternura y el humor. Quedan aplastadas al lado de cierta solemnidad que gana terreno frente a la realidad adversa, de la cual el ser humano parece ser más susceptible de captar. Es como si tuvieras más antenas para captar ese aspecto de la vida que es más avasallante, mientras que otros aspectos como el humor y la ternura, creo yo, aparecen poco en el arte. Admiro mucho a los artistas que pueden trabajar con ambas categorías.  Sí creo, obviamente, que hay artistas, hubo artistas, y habrá artistas con un gran sentido del humor. Estoy pensando en Daumier, que por un lado te muestra la pobreza de la revolución industrial en Francia, en París, y a su vez hace una crítica muy mordaz y humorística de la vida política de su momento en Francia. Entonces él tiene, como podemos ver en él, esos dos aspectos conviviendo como las caras de una misma moneda. En la Argentina estoy pensando en Pablo Suárez, que en la última muestra que yo he visto de él, curada en el Malba, me hizo reír muchísimo. Estoy pensando también en ciertos momentos de la obra de Marina de Caro que tienen también muchísimo humor, como lo tiene ella. Lo veo mucho en artistas jóvenes que yo valoro como Sandro Pereira, que mezcla el humor y la ternura o el primer Gabriel Chaile, en la época que era alumno nuestro, en el Taller C. Yo pertenezco a una generación atravesada por una historia muy dramática del país y de la cual me es muy difícil, a mí en lo personal, desprenderme. Pero observo que a muchos artistas de mi generación les pasa lo mismo. Aunque por supuesto hay excepciones.

José Franco Artista. Como dijera Groucho Marx  el humor es algo muy serio, el arte es una de las formas más sofisticadas del pensamiento humano, el hombre es el único animal que ríe conscientemente (la hiena no), el arte siempre ha utilizado el humor para expresar ideas muy serias, en mi caso utilizo el humor  para expresar ideas sobre la relación del hombre con  la naturaleza, la tecnología y la ecología.

Carlota Beltrame

josé Franco

Nora Iniesta Artista. Lo hay. Siempre hay lugar para el humor. Es algo tan vital como ejercer la disciplina elegida. Hablo por mí. Sin ofensa ni revanchismo, el humor suele ser inherente a la creatividad. Si uno se lo propone no sirve.  Nada en la creación se produce de fuera hacia dentro, ni se impone voy a hacer esto o aquello. El humor surge inmerso en el combo de la espontaneidad creativa con la que se aborda la cotidiana tarea. Serenamente, no buscándolo.

Julio Sánchez – Crítico y curador. El humor en el arte es una situación riesgosa que puede provocar hilaridad, violencia, indiferencia o desprecio. Pero el riesgo mayor es que la inclusión del humor depure de su contenido artístico al objeto. El enorme abismo entre el arte contemporáneo y el del pasado provoca desconciertos que resultan en rechazo o risa.
Ejemplos hay muchos. Dos de los más conocidos. A partir del siglo XX hubo un cambio radical de la situación en el arte con el dadaísmo y la figura del francés Marcel Duchamp, quien trató mediante el humor, de deconstruir el concepto de arte incorporado en la mayor parte de la gente o el italiano Piero Manzoni  quien encerró su propio excremento en latas y las etiquetó como “Mierda de artista: contiene 30 gramos producidos y enlatados en 1961” De esta forma, satirizaba la relación entre el artista y su productos, la obra como artículo suntuario, cargada de un aura sagrada y la necesidad del artista de liberarse de elementos y  acciones irrelevantes para poder llegar a la esencia de lo verdadero.

Nora Iniesta

Julio Sánchez

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