Primero fue el dolor, después llegó el verano. Pero no un verano floripondio, con caipirinhas y la calma a la sombra de un árbol bien nutrido. Un verano que se sale del molde. Con esa frase podría resumirse el trayecto que recorre la escritora argentina Luz Vítolo desde “La lógica del daño”, su primer libro de relatos, hasta “Fruta de verano”, su nueva obra, recientemente publicada por Tusquets y finalista en el Premio Literario Fundación El Libro. Si en el primer volumen los cuentos orbitan alrededor de alguna de las muchas formas que adopta el sufrimiento, en el segundo, en cambio, se trata de explorar lo que esconde el verbo descubrir y su potencialidad. El descubrimiento de lo que está ahí pero no se llega a ver o de lo que está por llegar o de lo que puede surgir. Y es ahí, en ese resquicio entre lo que hay y lo que viene, que Vítolo teje de manera sutil pero efectiva una intriga que va punzando hasta detonar.