Los fanáticos que se sacrifican en nombre de un ideal buscan redimirse fácilmente del pecado de creer sin pensar. “A medida que las preguntas se vuelven más difíciles y complicadas, también aumenta el ansia de más y más personas por obtener respuestas sencillas, respuestas de una sola frase, respuestas que señalen sin ninguna duda a los culpables de todos nuestros sufrimientos, respuestas que nos aseguren que, si aniquilamos y exterminamos a los malvados, al instante desaparecerán todos nuestros problemas”, señala Oz y ejemplifica: “´¡Todo es por culpa de la globalización!´, ´Todo es por culpa de los musulmanes!´, ´¡Todo es por culpa de la permisividad!´, ´¡Por culpa de Occidente!´, o ´¡Por culpa del sionismo!´, o ´¡Por culpa de los inmigrantes esos!´, o ´¡Por culpa del laicismo!´, o ´¡Por culpa de los de izquierdas!´. Todo lo que tienes que hacer es eliminar lo que sobra, señalar con un círculo al que para ti es el auténtico demonio, y luego matar a ese demonio (junto con sus vecinos, o con todo aquel que se encuentre casualmente por los alrededores), y así abrir de una vez por todas las puertas del Paraíso”.