Él es un gran escritor. Uno de los mejores escritores argentinos. Leer a Gustavo Nielsen (Buenos Aires, 1962), es meterse de lleno en historias extrañas, algunas desopilantes, otras crueles, que se sienten, o son tan reales que asustan. No hay en su escritura puntos flojos. No aburre. Sorprende, una y otra vez. Y maneja como pocos los inicios y los finales.