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Crónica virus

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Por Matias Barsoff

CUARENTENA – DIA 1 – 16.33 hs.

Llegué hace 7 días de España. Hoy desperté decidido a cumplir con la cuarentena y ser higiénico en casa; Papá está en edad de riesgo y lo quiero cuidar. Me medí la fiebre: 36.05. Joya. El viejo dejó el almuerzo del otro lado de la puerta de mi habitación y deslizó una carta por debajo: “Si te veo a menos de un metro de distancia voy a usar el .45”. Ya no sé cuánto lo quiero cuidar.
Me separé algunos libros mientras espero que PornHub libere el material clasificado como hicieron en Italia. Tal vez les mando un mail para que apuren el trámite.
Envié un pedido de básicos a mis afectos cercanos: tabaco, porro, muñeca inflable/masturbador. Juan ya me avisó que en un rato me trae el porro pero que la paja me la va a cobrar.
Quizá no esté tan mal la cuarentena.

CUARENTENA – DIA 1 – 20.07 hs.

Me contactaron dos chicas con las que intimé desde mi llegada para chequear mi estado de salud. Con la primera fueron unos besos nomás, pero con la segunda un buen revolcón. Siendo prudente, a ambas les contesté lo mismo para que se queden tranquilas: “Disculpá, te equivocaste de número”.
Hice una hora de práctica de prevención de contagio por tos. Ya logro poner el codo en vez de la mano 3 de cada 5 veces. Creo que Larreta me hizo una inception.

CUARENTENA – DIA 1 – 22.01 hs.

Papá me dijo hace unas horas que salía a comprar puchos y volvía. Salió con un bolso. No fuma. Creo que me voy a tener que cocinar a partir de hoy. Al menos puedo fumar porro adentro de la casa.
Me olvidé que a una de las pibas la tenía en Instagram y me bardeó por mensaje privado: “Además de que no se te paró y mentís, no me contestás los mensajes”. Disculpá, wachi, te juro que nunca antes me había pasado no querer contestar un mensaje.

CUARENTENA – DIA 1 – 23.49 hs.

Mi viejo se olvidó de algo y volvió. En la mitad de la puteada por el olor a porro que había en la casa empezó a carcajear.
Me comentaron que la luna estaba muy linda. Salí con la cámara a la terraza y la fotografié. Entre disparos con mi lente de 300 mm, y mientras intentaba enfocar, sin querer apunté a una ventana donde había una vecina cambiándose de ropa. No sabía si me vio ni me importó, automáticamente enfoqué hacia otro lado. Intenté visualizar nuevamente a la luna y por segunda vez apareció la ventana de mi vecina. Esta vez tenía un cartel: “Salí de la cuarentena y llename de virus»

Me di cuenta de tres cosas:
– No tiene conciencia social.
– Me sigue en Instagram.
– Claramente no vio mi historia anterior.

CUARENTENA – DIA 3 – 22.10 hs.

Intercambiando ideas con una seguidora, surgió una analogía muy particular. Estar en cuarentena, en lo que respecta a relacionarse sexualmente con otras personas, equivale a estar de vacaciones.
Al principio vamos a tantear el terreno y analizar posibles objetivos. En pocos días aparecerán coqueteos y encuentros, en este caso virtuales, con aquellos que hayamos elegido como candidatos. No va a pasar de una semana que todos vamos a andar revoleando fotos de pijas y conchas a la primera persona que nos reaccione a una historia con corazoncitos, así como de vacaciones nos liberamos a garchar sin escrúpulos.
Y así, paulatinamente todos andaremos teniendo sexo con nuestro móvil, convirtiéndonos en una versión -mucho mas pedorra- de Joaquin Phoenix en Her.

CUARENTENA – DIA 5 – 11.11 hs.

De la misma manera que no me gusta pensar en que algo pueda durar para siempre, tampoco me gusta el término nunca más. ¿Cuántas veces en su vida le dijeron a alguien “no quiero verte nunca más”?
Por suerte eso es algo que a mí casi no me ha pasado en lo que respecta a mi vida amorosa. Tengo buena relación con casi todas las mujeres con las que me vinculé afectivamente. Muchas, incluso de amistad.
Unas semanas antes del Covid-19, le envié un mensaje a una ex diciéndole que había soñado con ella y preguntándole como estaba. No había segundas intenciones, lo juro, pero al parecer estaba acostada junto a su actual novio quien vio el mensaje y no le cabió ni media.
Recordando esa situación, y dado que seguramente todas las parejas se encuentren juntas gran parte del día en esta época, agarré mi móvil, armé una lista de difusión de todas las personas que conozco con relaciones amorosas estables y escribí: “¡que lindas fotos que me mandaste ayer bebé!”
 Algunos solo queremos ver al mundo arder.

CUARENTENA – DIA 6 – 11.00 hs.

Tengo un problema personal con un mosquito en mi habitación así que me tiré un rato en la ex cama de mi hermana. Me desperté de una dormitada de poco más de dos horas con la voz de mi padre diciendo mi nombre a la distancia. O al menos eso creía.
Cuando logro cobrar consciencia, escucho una frase que me aclara la situación: “…porque faltan los dos juegos de llaves y no sé donde están…”  Ya no había duda de que el mensaje era para mí. Me estaba dejando un correo de voz en mi móvil.
– ¡Viejo! ¡Estoy acá! – le grité.
– ¡Ah! No te encontraba y pensé que habías salido.
Pobre. Llevamos tanto tiempo de encierro que se olvidó de que no puedo salir.

CUARENTENA – DIA 28 – 23.15 hs.

Creo que a esta altura de la vida ya todos estamos conscientes de que el móvil nos escucha y nos pone publicidades en Instagram de cosas que decimos en voz alta y que jamás escribimos. Nos están espiando. No puedo dejar de compartirles las publis que me aparecen en mi feed:

• Bebidas alcohólicas, en especial vino.
• Festivales y fiestas de música electrónica.
• Cursos Online (claramente solo lo dije, nunca busqué nada).
• Armas de fuego
• Niño Gordo (restaurant).
• Desodorantes. Saben que no me baño.

CUARENTENA – DIA 37– 21.05 hs.

Mientras leía el diario hoy a la mañana, me llamaron la atención dos noticias.
La primera trataba sobre algunos consejos que dio el Ministro de Salud para combatir la abstinencia sexual y cuidarnos al mismo tiempo. ¿A un mes de encierro aconsejás el sexting? Llegaste tarde, maestro, la gente ya ni se hace la paja. Hay un asexuamiento viral. Para cuidarnos recomendó limpiarse bien después de masturbarse. ¡Y yo toda mi vida despertándome con conjuntivitis en las manos, debo haber parecido un idiota!
La segunda noticia es que hay un repentino boom por los rompecabezas y están en falta. Por suerte mi Vieja siempre fue fanática y en casa hay varios. El proceso me recuerda mucho a como me recibí de Abogado: visto desde afuera parece un gran esfuerzo, pero cualquier pelotudo que siente el culo lo puede hacer.

CUARENTENA – DIA 80 – 23.55 hs.

El concepto cuarentena contempla por definición 40 días de aislamiento, por lo que técnicamente hoy estaría cumpliendo mi segundo ciclo completo. Dicen que la tercera es la vencida, así que esperamos ansiosos la llegada del día 120.
Hace unos días aparecieron las primeras marchas anti-cuarentena, y como todo en este país, parece como que solo pudiéramos elegir entre dos extremos. Boca o River, gorila o zurdo, membrillo o batata. No hay lugar para los tibios. Y los no extremistas somos ese niño que se le están separando los padres y tiene que elegir con quién vivir, pero él en realidad quiere ir con la tía Claudia que es la única que lo escucha.
 La que nos queda es justificar la posición tibia que tomamos en la cuarentena, sin quedarnos en casa completamente, pero también sin asistir a marchas cuasi multitudinarias.
En mi caso no solo tenía que convencerme a mí, sino que también debía darle buenas razones a mi padre de mis pequeñas roturas de cuarentena. Luego de muchos intentos fallidos finalmente tuve su consentimiento para ir a dormir a lo de mi compañera de cuarentena, y para ello solo tuve que hacerme la paja en el living durante una semana.

CUARENTENA – DIA 81 – 19.45 hs.

Quedarte a dormir por primera vez en casa ajena tiene sus complicaciones: salvo que haya un baño alejado, bajo ninguna circunstancia podés echarte un cago con tranquilidad.
Las únicas opciones viables son aguantarte las ganas hasta que puedas volver a tu casa cuando ya tengas la cara violeta, o practicar lo que en la jerga se le dice garco silencioso, pero cada minuto que pasa hasta que decidís hacerlo hace más difícil lograr el cometido, y podés llegar a terminar agarrado al lavamanos con una mano y abriéndote un cachete con la otra para evitar estruendos.
Conocerse con alguien es todo lo que pasa entre la vez que te aguantas un pedo toda la noche y el día en que gritas “¡¿me traés papel?!” desde el trono leyendo un libro.

CUARENTENA – DIA 85 – 23.05 hs.

Con el anuncio de extensión de ayer, arrancó la octava temporada de “CUARENTENA EN EL AMBA”, y esta vez con ¡7 capítulos extra! Las primeras temporadas no estuvieron tan mal, pero hace rato que viene densa la cosa. La situación es medio como Lost: todo el tiempo parece que te van a explicar algo, pero la siguen estirando con mucha información bizarra y se crean un millón de teorías diferentes. Lo que pasa en las series como estas, es que seguir agregando temporadas solo lleva a finales que son una poronga y que nadie entiende. Ya a esta altura mantener la cuarentena tan estricta no sirve para mantener a todos en sus casas. Toda prohibición trajo clandestinidad.
Al menos estaría bueno que se muera algún personaje importante de la pandemia como en Game of Thrones, ¿no? Si tuvieras que elegir a uno, ¿cuál sería y por qué Trump?

CUARENTENA – DIA 88 – 15.14 hs.

Voy a quemar muchas etapas pasando de la cuarentena (casi) estricta que llevo a la libertad que hay en Barcelona. Me olvidé completamente cómo se sentía ponerse ojotas sin medias, caminar sin sentir mi propio olor a culo en el barbijo o el ruido de la gente corriendo y respirando de manera exagerada. No sé si estoy preparado para ir –sin escalas–, de calles llenas repletas de camperas y tapa bocas a las playas nudistas de la Barceloneta. Bueno… Quizá sí lo estoy.
La estadía en Argentina no fue como lo esperaba, pero debo decir que pude compartir mucho tiempo con algunos de mis afectos más queridos. Faltando 12 días para mi regreso, aprovecho la oportunidad para decirles lo mucho que los quiero y agradecerles por hacerme compañía durante estos 3 meses.
Carne argentina, Fernet y alfajor Jorgelín triple: ¡Gracias! Los voy a extrañar mucho.

CUARENTENA – DIA 96 – 20.42 hs.

Más de 3 meses encerrados y todavía no llegó el pico de contagios a la Argentina. La última vez que esperé tanto un pico tenía 12 años, Valentina me lo terminó dando por lástima y me agarré mononucleosis. Estuve un mes postrado en la cama sin ganas de hacer nada. Ir a mear me daba paja del cansancio que me generaba. No me podía dar besos con nadie. Bastante parecido a estar en cuarentena solo que esta vez en lugar del bazo se me agrandó la panza.
Todos ansiamos que llegue el puto pico de contagios así comienza el fin de esta tortura. Esperar el pico es como cuando tenemos mucha hambre y el delivery que pedimos está con retraso: siempre que preguntamos “¿cuánto falta?”, nos contestan “ya debería estar llegando”.

CUARENTENA – DIA 98 – 23.27 hs.

A dos días para mi vuelta las sensaciones son encontradas. Tengo una mezcla de ansiedad por volver y de angustia por lo pedorra que fue mi estadía. Me quedó mucha gente por visitar, a pesar de que los últimos días me despedí de algunos afectos (con barbijo) y de mi amante de cuarentena (a barbijo corrido). Estuve más de 3 meses en Argentina y no solo me perdí de ver a muchas personas que extrañaba, sino que sumé una más para extrañar. You had one job…
No veo la hora de subirme a ese avión con olor a pedo huérfano y desmayarme en un viaje de 12 horas ahogado en mi propio aliento bajo del barbijo. Además no hay servicio de comida. Es como un cine sin pochoclos, me siento estafado.
Mi plan es ganar la guerra del apoyabrazos del medio cueste lo que cueste, tomar alguna droga legal y dormir hasta que me despierten los aplausos del aterrizaje. Nunca entendí por qué la gente aplaude a los pilotos por hacer su trabajo, ¿no se dan cuenta que la otra opción es hundirse en el atlántico o estrellarse con un edificio yanqui?

Las cuarentenas no son todas iguales. Matias Barsoff, es argentino con nacionalidad española. Tiene 30 años. Se recibió de abogado y trabajó en el Poder Judicial hasta que se fue a vivir a Barcelona. Trabaja como freelance de redactor de contenido web (copywriting y storytelling). Vino en marzo de vacaciones a visitar a la familia y amigos y se quedó varado en Buenos Aires durante 100 días en los que escribió su libro Crónica virus, del que Be Cult presenta un adelanto. Acaba de regresar a España.