Además del mundo religioso que sigue ofreciendo algún imán para la salvación, hay otras figuras que pueden completarla, ayudarla. Como sabemos, la religión ya no lo puede todo. Brujos, brujas, tarotistas, coachs, canalizadores, canalizadoras, psicoanalistas, chamanes son las estaciones en las que hacemos viajar a nuestra subjetividad atosigada de preguntas, dudas, angustias e incertidumbres. No le damos respiro humano a nuestra angustia. El saber que todo se acaba nos aceleró en la búsqueda de respuesta. Vamos a la caza de la salvación. Aunque no sea, pero allí vamos. Aunque tal vez sea igual, allí vamos. Nadie soporta la velocidad del mundo actual sin recurrir a alguien que te tire el cuerito, que te cure el empacho, que te tire las cartas o que busque develar que deseos y represiones transitan por el inconsciente.