CARGANDO

Buscar

Mehdi Qotbi: La cultura nos necesita

Compartir

El presidente de la Fundación Nacional de Museos del Reino de Marruecos que gestiona actualmente trece museos  y que trabaja  por crear uno, en cada gran ciudad del Reino, dice desde Rabat a Revista Be Cult: “Ninguna pandemia del mundo puede poner en peligro a los museos”.

Por Claribel Terré Morell

Traducción: Adriana Muscillo

Mehdi Qotbi  es un hombre singular. Un visionario del tipo que no ve nada imposible y también es un hombre valiente que ha hecho del arte  una forma de conocimiento.

El presidente de la Fundación Nacional de Museos del Reino de Marruecos que gestiona actualmente trece museos  y que trabaja  por crear uno, en cada gran ciudad del Reino, dice desde Rabat a Revista Be Cult: “Ninguna pandemia del mundo puede poner en peligro a los museos”.

Su afirmación contrasta con algunas creencias. Pero él sabe por qué lo dice. Marruecos fue uno de los pocos países que no cerró sus museos durante la pandemia y uno de los que continuó instalando una agenda cultural marroquí por el mundo.

Para ilustrar, bastan dos hechos ocurridos en los últimos meses. En España en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía  culminó en septiembre  la  exposición Trilogía marroquí 1950-2020, que potenció la FNM. Qotbi, acaba de regresar de Francia donde entregó a Brigitte Macron, el libro que recoge una de las últimas muestras que ponen a su país en el centro de las citas internacionales del arte. La exposición “Delacroix, recuerdos de un viaje a Marruecos”  que en el Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contemporáneo en Rabat se hizo con medidas de seguridad, junto con el Museo Nacional Eugène-Delacroix, cerró hace apenas unos días.

En sus años al frente de la Fundación Nacional de Museos, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Mohammed VI, se convirtió en el primer museo en África y en el mundo árabe que exhibió pinturas de Goya, Giacometti, Picasso, Monet, Cézanne y Renoir, un creciente movimiento de artistas jóvenes marroquíes se ha hecho conocido en el mundo y se ha producido una puesta en mira del rico patrimonio cultural del país que reconocen propios y extranjeros.

Con el Rey de Marruecos en el Museo que lleva su nombre, uno de los museos de arte moderno más visitados en el mundo árabe.

Qotbi pintando en su atellier

Cuando Qotbi nació, nada hacía pensar que podría irse más allá de los límites estrechos del pobre lugar que veían sus ojos. Dicen que ante la visita de un funcionario de alto rango cuando los otros niños pedían dinero, el pidió trabajo. El hecho marcaría su vida: obtuvo una beca para estudiar y la aprovechó. Se graduó con honores y lo mismo hizo cuando partió a Francia, donde vivió varios años.

Convertido en un artista plástico que nunca ha dejado a un lado su cultura, su arte se caracteriza por trabajar la letra árabe modernizando su interpretación, a través de la pintura. Escritores como el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, Aimé Césaire, Michel Butor, Léopold Sédar Senghor, Nathalie Sarraute, Yves Bonnefoy, Abdelwahab Meddeb y Mohamed Choukri lo han llamado para trabajar en conjunto. Lo mismo ocurre con otras personalidades de la cultura, interesadas en un necesario diálogo intercultural que él maneja con responsabilidad.

-Usted tiene una trayectoria muy interesante, proviene de una familia de bajos recursos, de alguna manera el azar intervino en su vida y luego su propio talento lo guió. Hoy  es un artista talentoso, es el presidente de  la Fundación del Museo Nacional de Marruecos y es reconocido por el propio rey de su país y por personalidades en el mundo,  no solo de la cultura. ¿Alguna vez siente que su vida es de película?

No pretendo decir que mi vida parece una película en la que yo sería el héroe porque, sin duda, es fruto de una sucesión de felices coincidencias pero, sobre todo, es la culminación de varios años de arduo trabajo al servicio de la cultura, en Marruecos y en el resto del mundo. Me sentí investido con una misión importante cuando Su Majestad el Rey me eligió, en 2011, para dirigir esta fundación y me dio su confianza para establecer una nueva política de museos para el país. Es un gran honor para mí llevar a cabo esta misión, guiada por la pasión que pongo en el corazón de cada una de mis acciones pero, también, en todo lo que vivo en el día a día. A veces hay dificultades, obstáculos que superar, retrocesos que superar también, pero esto es lo que hace la vida emocionante y me empuja a superarme a mí mismo.

-Cuando comenzó la pandemia se habló mucho de que los museos podrían desaparecer ¿Cuál es la importancia que tienen para usted actualmente los museos en el mundo? ¿Cuál en el mundo árabe?

La pandemia ha tenido algunas repercusiones en el mundo de la cultura, incluido el cierre de varios museos y el cese de actividades culturales durante casi un año. Pero la actividad se está recuperando, los museos están reabriendo gradualmente con importantes exposiciones en ciudades de todo el mundo, lo que demuestra que los museos son esenciales en la vida cotidiana de millones de personas. Para mí, es una aberración afirmar que algún día podrían desaparecer porque eso borraría siglos de historia, civilizaciones y patrimonio

Marruecos es uno de los pocos países del mundo que ha mantenido abiertos sus museos durante la pandemia, en estricto cumplimiento de las medidas sanitarias y gubernamentales.

Hemos organizado varias exposiciones en nuestros museos, incluyendo retrospectivas de grandes pintores marroquíes como Gharbaoui o Bellamine, pero también la exposición «Delacroix, recuerdos de un viaje a Marruecos«. El público estuvo ahí, la gente nos agradeció por enriquecer su día a día con arte, cultura, colores y luz.

Hemos demostrado que ninguna pandemia del mundo puede poner en peligro a los museos. Debe reconocerse, sin embargo, que esta situación ha allanado el camino para varias reflexiones sobre el futuro de las instituciones museísticas tal y como las conocemos hoy, para ofrecer alternativas acordes con nuestra época contemporánea y los trastornos que ella está experimentando.

¿Cuáles son los planes futuros de la fundación que usted dirige que reúne a más de 13 centros de cuya programación se habla cada vez más fuera del mundo árabe? ¿Cúan necesario usted ve el acercamiento entre culturas diversas?

La Fundación gestiona actualmente trece museos pero tenemos previsto, como parte de nuestra política de democratización del acceso al arte y la cultura, abrir más para dotar al país de una paleta museística real con al menos un museo en cada gran ciudad del Reino y así potenciar el patrimonio y las especificidades de cada región.

El propio Marruecos es un crisol de diversas culturas y componentes árabe-islámicos, amazigh y saharo-hassan, y afluentes africanos, andaluces, hebreos y mediterráneos. El país cuenta con un patrimonio arqueológico, etnográfico y artístico excepcional que debemos preservar y exhibir en nuestros museos para que los marroquíes puedan apropiarse de su historia, y permitir a los extranjeros descubrir la riqueza de nuestra cultura. Esta es la esencia de todo lo que hacemos: el compartir y la apertura.

Pienso en particular en el Museo del Continente, un deseo de Su Majestad el Rey, que se abrirá en el corazón de Rabat y honrará la riqueza del patrimonio cultural y artístico de nuestro continente africano al tiempo que apoya el estatus de Rabat como “Ciudad”. Luz y Capital de la Cultura”.

-¿Cómo se piensa la programación de un museo como el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Mohamed VI, que es sitio obligado de visita en Marruecos?

El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Mohammed VI es, si se me permite decirlo, la locomotora de la FNM ya que permitió a los marroquíes emprender o retomar el camino de los museos y descubrir, aquí en Marruecos, grandes nombres de prestigio del arte.

El museo también permitió colocar a Rabat en el mapa de las citas internacionales del arte moderno y contemporáneo al ser el primer museo en África y en el mundo árabe que exhibió a Giacometti, César, Picasso, Goya, pintores impresionistas como Monet, Cézanne, Renoir, entre otros, pero también Delacroix, que antes era inimaginable.

Es el trabajo de todo un equipo que ha sido posible gracias a asociaciones con los museos e instituciones culturales más grandes del mundo. Hemos confiado en la diplomacia cultural para hacer de este museo un lugar destacado para los intercambios, los diálogos interculturales y el intercambio de valores positivos. Más allá de las exposiciones de alcance internacional, la principal ambición del MMVI es fomentar la creatividad y el trabajo por la democratización y el desarrollo cultural de todos los marroquíes, ayudando a desarrollar las condiciones de producción artística en el país.

Qotby con Brigitte Macron

Mehdi Qotbi con Christo

-Se habló mucho de la primera Bienal de Arte de Rabat, que organizó  la Fundación Nacional de Museos que usted dirige y que tuvo  más de 140 mil visitantes y una mayoría de mujeres artistas, un hecho sin precedentes. ¿Cómo ve la próxima bienal? ¿Hay alguna otra acción similar que  estén pensando?

La primera Bienal de Arte Contemporáneo de Rabat, en 2019, recibió a casi 140.000 visitantes en menos de tres meses, en su mayoría una audiencia marroquí pero también muchos turistas. Esta primera edición destacó cerca de 63 artistas y colectivos de artistas de 27 países diferentes, en una programación por toda la ciudad. Los temas abordados y la calidad del museo y la infraestructura cultural que acogió la Bienal fueron elogiados en todo el mundo. En este momento, no sabemos si habrá una próxima, pero una cosa es cierta, la impresión que dejó la primera Bienal solo puede animar a los artistas y al público a participar nuevamente.

-En casi todas sus intervenciones habla de la cultura como medio para el desarrollo. ¿Siente usted que la cultura ahora es más necesaria que en cualquier otro momento anterior de la historia?

La cultura de un país es una lucha que se libra, sin descanso, en el día a día, porque es un pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad. Es importante, y lo sigo repitiendo, apoyar tanto a la creación como a los actores de los sectores culturales, al tiempo que se apoya la salvaguarda de nuestro patrimonio artístico nacional.

La cultura nos necesita más que nunca, como individuos y ciudadanos, para alabar el trabajo de nuestros artistas porque los necesitamos: son la identidad cultural de nuestro país y los guardianes del imaginario de toda una sociedad.

El arte y la cultura no solo hacen soñar a todo un pueblo, sino que también lo empujan a hacer preguntas sobre su situación cotidiana, su entorno, su patrimonio y su historia.

En la Fundación somos conscientes del potencial de Marruecos y de lo que puede aportar al panorama cultural mundial. Actualmente, existe una fuerte dinámica optimista que hay que aprovechar para allanar el camino a nuevas ideas y definir, para nuestro país, un modelo cultural en evolución que responda a las expectativas de los marroquíes y los objetivos de desarrollo.

-“No escribo imágenes. Las des escribo. Yo lleno el vacío”, dijo usted a propósito de su exposición “Mehdi Qotbi, Poète des signes”. En una parte de su trabajo ha utilizado mucho la caligrafía árabe para crear también mundos imaginarios. ¿Qué importancia tiene la imaginación en nuestra época?

Como artista, pude trabajar la letra árabe modernizando su interpretación a través de mis pinturas. Exploro la letra árabe revelando su plasticidad para integrarla en la lógica del lenguaje visual. El ritmo de las letras impone la visualidad como modo de percepción dominante en mis pinturas.

Toda mi vida he hecho campaña por el diálogo entre personas, pueblos, religiones y culturas, y todavía hoy lo sigo haciendo. Por eso diseñé los Encuentros Escritos titulados «Encuentro y diálogo de culturas a través de la escritura«. Entre las primeras obras dibujadas, una con Haim Zafrani, la que intervino con el alfabeto hebreo en medio de las letras árabes, o con el escultor Georges Jeanclos en un reportaje sobre France 2 donde me enseñó a escribir la palabra Shalom y yo a él la palabra Salam.

También he emprendido una obra de diálogo entre los más grandes escritores y poetas de nuestro tiempo invitándolos a intervenir mis pinturas; Aimé Césaire, Léopold Sédar Senghor, Octavio Paz, Yves Bonnefoy, Abdelwahab Meddeb, Michel Butor, Nathalie Sarraute, Václav Havel, Mohamed Choukri … A través de estas obras he podido difundir la escritura de mis orígenes por todo el mundo.

– ¿Tiene tiempo para seguir haciendo su obra? ¿Sigue pintando, ilustrando?

La pintura para mí es mi aliento y mi oxígeno, ¡¿usted cree que alguien puede vivir sin ella?! Por supuesto que ya no tengo tiempo para pintar como antes, pero tengo el placer de compartir mi pasión y traer obras excepcionales para que los marroquíes las descubran y sigan el rastro trazado por Su Majestad de dar a la cultura el lugar que le corresponde.

Mostrar la cultura de Marruecos a través de sus museos, a propios y extranjeros, es hoy el trabajo principal del presidente de la Fundación de Museos

Artículo previo
Próximo artículo